Más allá del baile y la purpurina, el amor: historias de familias trans en la Marcha del Orgullo

Relatos que atraviesan la celebración
La Marcha del Orgullo en la Ciudad de Buenos Aires reunió a decenas de miles de personas que combinaron color, música y reclamos políticos con historias familiares que muestran la dimensión humana del movimiento. Entre las imágenes que recorrieron la movilización, aparecieron relatos íntimos: madres, padres, hijos e hijas trans que compartieron reconocimiento, protección y, sobre todo, afecto.
Un presente distinto para muchas familias
En la multitud se destacaron escenas sencillas y potentes a la vez. Tomás —un niño con la cabeza rapada, pecas e incapaz de disimular la sonrisa— llevaba una gorra celeste con la frase bordada “Make Argentina Gay Again”. Iba acompañado de Fede, una compañía que en el contexto de la marcha funciona como sostén: “Si no me pierdo, de verdad, entre tanta gente”, dijo el adulto con humor. Son esos pequeños vínculos los que dan la medida de la marcha: no es sólo baile y purpurina, también es acompañamiento familiar.
Reclamos y demandas concretas
Además de la celebración, la movilización incluyó reclamos puntuales: rechazo a medidas administrativas que afectan a las personas trans, pedidos de acceso a salud integral y defensa de derechos ya conquistados. Organizaciones y columnas sindicales que acompañaron la marcha pidieron, entre otras cosas, la derogación de decretos que limitan políticas específicas para la comunidad trans y mayor acceso a medicamentos y tratamientos de afirmación de género.
La marcha como espacio de visibilidad y cuidado
Para muchas familias, la marcha funciona como un espacio donde desplegar el orgullo y, a la vez, construir redes de protección. Padres y madres que caminan junto a sus hijas e hijos trans relatan que esos actos públicos ayudan a normalizar procesos y a romper el aislamiento. La visibilidad, sostienen, no es un fin en sí mismo: es una herramienta para exigir políticas públicas y para acompañar procesos personales que a menudo se enfrentan a estigmas en escuelas, salud y ámbitos laborales.
Educación, salud y ley de reparación
En la agenda del movimiento aparecieron también pedidos vinculados a la educación sexual integral (ESI) con enfoque de género y a la efectivización de programas de salud pública para personas trans. Otro reclamo constante es la implementación de la llamada reparación histórica para mujeres trans adultas mayores, un derecho que organizaciones del colectivo vienen reclamando en distintos niveles del Estado.
Qué reclaman las organizaciones
Las agrupaciones presentes enfatizaron la necesidad de políticas públicas que garanticen el acceso a la salud, la inclusión laboral y la protección frente a discursos de odio. También pidieron que las autoridades municipales y nacionales sostengan espacios de diálogo con el movimiento para traducir demandas en medidas concretas.
Historias que permanecen
Más allá de los números y de las columnas, la marcha dejó historias pequeñas pero significativas: abrazos entre generaciones, padres que acompañan procesos de identidad, niñeces trans que viven la marcha como una fiesta y adultos mayores que reclaman reconocimiento. Esas imágenes son, para muchos, la razón fundamental de la movilización: visibilizar que detrás de las banderas y los shows hay personas con trayectorias y derechos por conquistar.
Fuente: Infobae - Sociedad
