Milei fortalecido: qué cambió y qué desafíos abre para gobernar

Resultados electorales, internas y la mesa con gobernadores
La elección del 26 de octubre dejó un escenario político con varias consecuencias prácticas: Javier Milei consolidó poder electoral, el peronismo mostró fracturas internas y los gobernadores comenzaron a recalibrar su estrategia ante una Casa Rosada que busca avanzar con reformas. La crónica publicada en la semana describe un presidente “fortalecido” en lo electoral, pero con la necesidad urgente de negociar si quiere convertir ese respaldo en capacidad de gestión.
El contexto inmediato
La nota subraya que, tras el resultado, Milei convocó a gobernadores para un encuentro que tuvo un tono cordial pero que, en los hechos, plantea la urgencia de diseñar compensaciones y acuerdos por coparticipación, obra pública y fondos provinciales. Al mismo tiempo, el Gobierno busca impulsar en diciembre el Presupuesto 2026 y reformas estructurales en materia laboral, tributaria y penal.
En las últimas jornadas se registraron además movimientos internos en la Jefatura de Gabinete: la renuncia de Guillermo Francos y la designación de Manuel Adorni marcan un cambio en el estilo de la conducción del equipo, pasando de una gestión que algunos describían como conciliadora a otra más alineada con el núcleo político del Presidente.
Paradojas del fortalecimiento
El triunfo electoral no borra paradojas concretas: aunque Milei y su espacio obtuvieron un respaldo mayor, en el Congreso la primera minoría sigue siendo del peronismo, lo que obliga al oficialismo a negociar con gobernadores y bloques regionales para aprobar leyes clave. Además, la relación con socios externos —mencionada en la crónica como apoyo de figuras internacionales— puede ser políticamente sensible si se percibe como condicionamiento a las decisiones domésticas.
La nota consignó que, en lo inmediato, el Gobierno anunció medidas de desregulación y maniobras para recomponer reservas y liquidez, pero subrayó que la hoja de ruta dependerá de la habilidad para construir mayorías y ofrecer contrapartidas a las provincias.
La interna opositora y el peronismo en tensión
Del lado opositor, el peronismo mostró síntomas de crisis interna: cartas públicas, recriminaciones entre figuras nacionales y locales, y la movilización de intendentes que buscaban contener la situación. El gobernador bonaerense Axel Kicillof, por ejemplo, buscó dar señales de liderazgo territorial y apuntó a una recomposición del espacio. A su vez, la carta de Cristina Fernández de Kirchner generó reacciones dentro del partido, evidenciando el cortocircuito entre las distintas estructuras.
Para el peronismo, el desafío pasa por reconstruir una narrativa y una coordinación que le permitan conservar poder territorial sin aislar sus gestiones provinciales del diálogo necesario con Nación.
Agenda inmediata y riesgos que aparecen
Entre los asuntos de corto plazo que marcarán la capacidad de gobernabilidad se señalaron:
- El avance del Presupuesto 2026 y las negociaciones parlamentarias para postergar o modificar su tratamiento.
- La potencial necesidad de acuerdos con gobernadores para ofrecer fondos y proyectos a cambio de apoyos clave en el Congreso.
- La recomposición del Gabinete y la figura del jefe de Gabinete como vocero: la nominación de Manuel Adorni sugiere una vocación por un vínculo más directo entre Presidencia y comunicación política.
Los analistas coinciden en que un gobierno “fortalecido” electoralmente no siempre se traduce en facilidad para gobernar si no existe una base legislativa y federal sólida. Además, los mercados ya muestran expectativas positivas —como se observa en la reacción de la tasa a 10 años y la Bolsa—, pero esos resultados pueden revertirse con cambios políticos bruscos o con incumplimientos sobre metas fiscales.
Fuente: El Día (edición original).
