Domingo, 28 Diciembre 2025
Claves para convertir respaldo político en gestión

Argentina frente a una oportunidad decisiva: del respaldo político a la prueba de gestión

Tras las elecciones, la estabilidad deja de depender de expectativas y pasa a medirse por hechos: el país necesita disciplina fiscal, acumulación de reservas y reformas estructurales que incentiven inversión y empleo formal para consolidar la confianza.
Imagen ilustrativa sobre economía y gestión pública
Imagen ilustrativa sobre economía y gestión pública

La estabilidad macroeconómica depende ahora de la ejecución y las reformas

La transición desde un respaldo político electoral hacia la gestión efectiva exige resultados concretos: estabilidad macroeconómica, disciplina fiscal y reformas estructurales serán la prueba de fuego para sostener la confianza recuperada.

Tras el shock electoral y la recomposición del tablero legislativo, el desafío no es ya ganar legitimidad política sino transformar esa legitimidad en políticas que produzcan crecimiento y reduzcan la vulnerabilidad financiera. La baja del riesgo país y la acumulación de reservas son necesarias, pero insuficientes si no se acompañan de inversión productiva y empleo formal.

Qué debe priorizar la gestión

  • Consolidación fiscal con reglas claras y previsibles para los agentes económicos.
  • Coordinación monetaria y cambiaria que permita anclar expectativas sin ahogar la producción.
  • Reformas estructurales en mercado laboral e impuestos para aumentar productividad y formalidad.

El problema histórico de la economía argentina es que las estabilizaciones sin desarrollo terminan en recaídas. Por eso, las señales de política deben combinar credibilidad con instrumentos que incentiven la inversión: simplificación tributaria, reducción de costos para sectores transables y mayor predictibilidad en la regulación.

El papel del acuerdo político

El respaldo electoral facilita la implementación de medidas, pero no lo garantiza: la consolidación requiere acuerdos mínimos que atraviesen a diferentes espacios políticos y a los principales actores económicos. Sin una mesa de negociación creíble, la confianza se vuelve frágil y los logros pueden diluirse rápidamente.

Riesgos y tiempos

Construir reputación económica es lento; perderla, instantáneo. Por eso la gestión tiene que priorizar hitos verificables: metas fiscales, ritmo de acumulación de reservas y señales de apertura crediticia. La reducción sostenida del riesgo país será una condición para que el crédito vuelva a fluir en condiciones razonables y para que los proyectos de inversión sean viables.

Conclusión

La ventana política abierta tras las elecciones ofrece una oportunidad real, pero condicionada por la capacidad de ejecución. No alcanza con anuncios: la gestión cotidiana, la coherencia institucional y la madurez para sostener reglas de largo plazo definirán si el país convierte el respaldo en desarrollo.


Fuente: Infobae / IAE Business School (columna)