Borenstein advierte que el Brent pesa más que la soja en el escenario económico de Milei

El precio del Brent, la producción petrolera y el debate sobre reservas
Andrés Borenstein, de BTG Pactual, analizó la situación económica bajo el gobierno de Javier Milei y señaló que el precio del Brent —y del petróleo en general— hoy preocupa más que la soja para la evolución macroeconómica, por su impacto en exportaciones, cashflow de petroleras e inversión.
En su podcast "La economía en 3 minutos", Borenstein destacó que la Argentina registró en octubre una producción superior a 850000 barriles diarios, con una capacidad de exportación aproximada de 350000 barriles por día. Esos números ubican a la energía como un componente central de la cuenta externa y, por extensión, del desempeño económico en el corto plazo.
Por qué el Brent tomó protagonismo
Según el análisis, el promedio del precio del petróleo en 2025 está más de 10% por debajo del promedio de 2024, y el último valor reportado marca también una caída cercana al 10% respecto a ese promedio anual. Esa baja afecta directamente a la factura exportadora argentina y reduce los ingresos de las petroleras, lo que puede frenar inversiones y dificultar el acceso a financiamiento.
En ese marco, Borenstein advierte que el WTI y el Brent tienen ahora mayor relevancia para la economía local que las variaciones del precio de la soja en Chicago o Rosario, una situación que no siempre fue así. La sensibilidad del país a movimientos del precio del crudo es mayor por la expansión de la producción y por la capacidad de exportación que mostró Vaca Muerta en los últimos meses.
Riesgos externos: petróleo y mercados financieros
El economista mencionó dos riesgos globales que podrían complicar el escenario argentino: la baja sostenida del petróleo y la posible corrección en las acciones tecnológicas estadounidenses. Si los mercados internacionales se vuelven adversos al riesgo, la Argentina podría sufrir una contracción en la demanda por activos emergentes y una caída en los precios de commodities relevantes.
En ese sentido, Borenstein utiliza una metáfora para describir la situación: si el mundo se muestra averso al riesgo, la Argentina puede verse afectada aun sin haber provocado la circunstancia. Por eso, subrayó la necesidad de contar con un seguro que amortigüe shocks externos.
El debate interno: ¿hay que comprar reservas?
Una consecuencia directa de este diagnóstico es la discusión sobre la acumulación de reservas internacionales. Comprar reservas mejora el seguro frente a apreciaciones cambiarias y puede sostener la demanda de pesos; también facilita que el mercado perciba mayor solidez y esté dispuesto a comprar deuda en mejores condiciones. Sin embargo, el Gobierno muestra reticencia a comprar en exceso por el costo de esterilizar ese volumen y por la implicancia en el balance fiscal.
Borenstein califica la compra de reservas como un costo cuasi fiscal que, aun así, puede justificarse como pago por un seguro. La tesis general que expone es que tener reservas genera confianza en los mercados y puede reducir el costo de financiamiento; por eso la discusión sobre cuánto y cuándo comprar es central en la estrategia macroeconómica.
Diseño de bandas y gestión cambiaria
Además de la acumulación de reservas, el diseño de las bandas cambiarias es otro aspecto relevante. Una arquitectura cambiaria clara puede facilitar la gestión de reservas y dar predictibilidad al mercado. Borenstein plantea que, con un flujo de dólares prometedor en el corto plazo, el Gobierno tiene tiempo para ajustar las políticas, pero subraya que algo tendrá que suceder en la configuración de las bandas para sostener la estrategia de reservas.
Situación sectorial: Vaca Muerta, minería y el campo
En lo sectorial, Borenstein destaca a Vaca Muerta como un activo real que incrementó la producción petrolera y la capacidad de exportación. También menciona que la minería aparece como "the next big thing" y que el campo promete una buena cosecha, elementos que pueden aportar dólares y mejorar el frente externo si las condiciones internacionales acompañan.
No obstante, estos factores son condicionados por los precios internacionales: aun con mayor producción, una caída prolongada en los precios del petróleo reduce el ingreso por exportaciones y el cashflow de empresas clave.
Conclusión y riesgos a monitorear
El diagnóstico de Borenstein pone el foco en la necesidad de administrar el riesgo externo: el precio del Brent y la volatilidad financiera internacional tienen hoy mayor poder de impacto en la economía argentina que las oscilaciones de la soja. En ese marco, la política de reservas y el diseño de bandas cambiarias aparecen como herramientas que pueden mitigar shocks, aunque con costos que el Gobierno evalúa cuidadosamente.
Los puntos clave a monitorear en las próximas semanas serán los precios internacionales del crudo, la evolución de la producción y exportaciones desde Vaca Muerta, y la política cambiaria doméstica, que será la principal herramienta para gestionar el seguro que reclama el diagnóstico.
Fuente: El Economista
