Caninoterapia en CABA: perros de terapia mejoran la vida en residencias de adultos mayores

Intervenciones con perros de terapia ganan terreno en residencias porteñas
La caninoterapia y los perros de terapia llegaron a las residencias de larga estadía de la Ciudad de Buenos Aires como una herramienta para reducir el estrés, estimular la memoria y fortalecer la socialización de los adultos mayores. En centros como el Edificio Manantial, las intervenciones coordinadas por profesionales y adiestradores certificados muestran cambios visibles en el ánimo y la participación de los residentes.
Qué es y cómo se aplica
La caninoterapia (intervenciones asistidas con animales) combina actividades planificadas con perros adiestrados y supervisión de un equipo interdisciplinario —gerontólogos, personal de salud y adiestradores— para trabajar aspectos cognitivos, motores y emocionales. Según el programa IACA y el Sindicato de Trabajadores Caninos, estas intervenciones pueden ser visitas terapéuticas periódicas o la convivencia permanente del animal con el grupo de residentes.
Marco normativo y programas en la Ciudad
En 2023 la Ciudad de Buenos Aires sancionó la Ley 6.645/23 que regula el funcionamiento de residencias de larga estadía y habilita el vínculo con animales domésticos: adopciones, visitas y actividades terapéuticas. Desde 2022, el programa IACA (Intervenciones Asistidas con Animales) —impulsado por el Sindicato de Trabajadores Caninos junto con organizaciones como Bocalán Argentina— creó dispositivos operativos para llevar perros de terapia a centros asistenciales de la Red de Servicios del Ministerio de Salud porteño.
La experiencia en Edificio Manantial
Natalia Godoy, gerontóloga y directora institucional del Edificio Manantial, describe los efectos inmediatos: sonrisas, miradas atentas, manos que se acercan a acariciar y recuerdos que se activan. En ese establecimiento las actividades se realizan dos veces por semana, con adiestradores que traen a sus perros y trabajan en conjunto con el personal. Godoy destaca que no son encuentros improvisados sino intervenciones planificadas dentro de un protocolo de cuidado y seguridad.
Selección y entrenamiento de los perros
Dan Uriel Cuello, educador canino y secretario de Formación del Sindicato de Trabajadores Caninos, explica que la preparación depende del rol: perros de intervención puntual requieren un entrenamiento más largo (hasta dos años en algunos casos) que incluye sociabilización, obediencia básica y avanzada, y ejercicios específicos para estimular conductas que faciliten la interacción con personas. Para perros destinados a convivencia permanente en una residencia, el entrenamiento suele ser más corto (entre ocho meses y un año) y se hace adaptación progresiva en la institución.
Funciones terapéuticas y seguridad
Las actividades se diseñan según las necesidades del grupo: estimulación cognitiva para personas con deterioro, ejercicios motrices para quienes tienen dificultades de movilidad y actividades socioemocionales para reducir la soledad. Los adiestradores se encargan además de cuestiones prácticas —controles veterinarios, alimentación, paseos y rutinas— y de capacitar al personal y directivos sobre seguridad, manejo de salidas y horarios, para que la residencia no quede a cargo exclusivo del cuidado del animal.
Aceptación y beneficios
Los equipos que trabajan con estas intervenciones aseguran que ningún residente es obligado a participar; sin embargo, a medida que avanza la convivencia suele aumentar la interacción. Entre los beneficios reportados están disminución del aislamiento, mayor motivación para participar en actividades, estímulo de la memoria y canales alternativos de comunicación para personas con dificultades del habla.
Desafíos y perspectivas
En Argentina la caninoterapia todavía está en expansión: la difusión de protocolos, la formación de más adiestradores certificados y la reglamentación efectiva de la ley porteña serán clave para que más residencias adopten prácticas seguras y sostenibles. El Sindicato y organizaciones como Bocalán promueven además la incorporación de perros rescatados, adaptados para convivencia permanente en residencias, como forma de reducir costos y dar segundas oportunidades a animales de refugio.
Fuentes: Infobae
