Capioví se consolida como el pueblo más navideño con un árbol de 14 metros

Creatividad, reciclaje y turismo: la Navidad de Capioví
Capioví se convirtió en un imán turístico cada diciembre: el pueblo propone un recorrido de unas veinte cuadras decoradas con figuras gigantes, un árbol de Navidad de 14 metros y montajes hechos en buena medida con materiales reciclados, una apuesta que combina tradición, oficio local y compromiso ambiental.
Origen y crecimiento de la celebración
Hace 17 años la celebración en Capioví era una iniciativa modesta; hoy atrae a miles de visitantes. La directora de Turismo local explica que la transformación fue gradual y sustentada en la participación comunitaria y en técnicas de artesanía heredadas de inmigrantes europeos. La propuesta actual se extiende por avenidas, plazas y espacios públicos, y busca renovar anualmente su ambientación para mantener la sorpresa de los visitantes.
El epicentro: el árbol y sus símbolos
La Plaza Central alberga el árbol de 14 metros, decorado con motivos que este año remiten a galletitas simbólicas y estrellas que evocan la memoria inmigrante y la tradición culinaria transmitida de generaciones. Las responsables de la organización explicaron que los adornos reproducen formas y recetas locales con materiales no comestibles, y que el diseño busca transmitir mensajes de prosperidad y recuerdo histórico.
Recorridos, eventos y accesibilidad
El calendario de actividades incluye noches de música, ferias de artesanos y puestos gastronómicos los sábados y domingos hasta el 28 de diciembre; las veladas comienzan a las 21 horas. La apertura —concurrida y con la presencia de una banda nacional— marcó un hito: más de diez mil personas asistieron al encendido inicial, cifra que supera la población permanente del pueblo y posiciona a la edición 2025 como una de las más convocantes en la historia local.
Sustentabilidad y participación comunitaria
Una de las señas de identidad de la fiesta es el uso de materiales reciclados: botellas plásticas, tapitas, sachets, CDs y otros insumos recuperados por la comunidad se transforman en piezas decorativas. En puntos del recorrido funcionan estaciones ecológicas para la recolección selectiva. Además, escuelas y entidades locales participan activamente: la Escuela Especial N°36, por ejemplo, colaboró en el armado del “árbol de los buenos propósitos”, contribuyendo a la inclusión de personas con discapacidad en la puesta en escena.
Impacto económico y turismo interno
El evento genera movimiento en la economía local: puestos de venta, ferias gastronómicas y la llegada de visitantes de ciudades cercanas incrementan la demanda de servicios. La organización subraya que el estacionamiento y la entrada son gratuitos para facilitar el acceso y evitar exclusiones, y señala que la temporada se extiende hasta fines de enero para beneficiar también al turismo de verano.
Iconos rotativos y renovación anual
Una novedad señalada por la dirección de Turismo fue la reubicación de la figura gigante de Papá Noel: ahora recibe a los visitantes desde la terminal de ómnibus, con el objetivo de rotar los íconos por el pueblo y que cada barrio se sienta protagonista. La intención es que quienes vuelven cada año encuentren elementos nuevos y renovados en el recorrido.
Una invitación para conocer la identidad local
Más allá del brillo y el espectáculo, la Navidad de Capioví remite a la historia de la localidad y a prácticas comunitarias que sostienen la festividad: oficio artesano, memoria gastronómica y una decisión municipal de apostar al turismo cultural. El modelo combina atractivo estético y conciencia ambiental, y se presenta como ejemplo de cómo un pueblo pequeño puede convertir su patrimonio intangible en un atractivo para visitantes.
Fuentes: Infobae
