Viernes, 26 Diciembre 2025
Capioví: creatividad navideña, reciclaje y turismo local

Capioví se consolida como el pueblo más navideño con un árbol de 14 metros

Capioví, en Misiones, transforma veinte cuadras con un árbol de 14 metros, figuras hechas con materiales reciclados y un calendario de espectáculos que convirtió al pueblo en destino turístico de fin de año.
Decoraciones navideñas y gente en la plaza central de Capioví
Decoraciones navideñas y gente en la plaza central de Capioví

Creatividad, reciclaje y turismo: la Navidad de Capioví

Capioví se convirtió en un imán turístico cada diciembre: el pueblo propone un recorrido de unas veinte cuadras decoradas con figuras gigantes, un árbol de Navidad de 14 metros y montajes hechos en buena medida con materiales reciclados, una apuesta que combina tradición, oficio local y compromiso ambiental.

Origen y crecimiento de la celebración

Hace 17 años la celebración en Capioví era una iniciativa modesta; hoy atrae a miles de visitantes. La directora de Turismo local explica que la transformación fue gradual y sustentada en la participación comunitaria y en técnicas de artesanía heredadas de inmigrantes europeos. La propuesta actual se extiende por avenidas, plazas y espacios públicos, y busca renovar anualmente su ambientación para mantener la sorpresa de los visitantes.

El epicentro: el árbol y sus símbolos

La Plaza Central alberga el árbol de 14 metros, decorado con motivos que este año remiten a galletitas simbólicas y estrellas que evocan la memoria inmigrante y la tradición culinaria transmitida de generaciones. Las responsables de la organización explicaron que los adornos reproducen formas y recetas locales con materiales no comestibles, y que el diseño busca transmitir mensajes de prosperidad y recuerdo histórico.

Recorridos, eventos y accesibilidad

El calendario de actividades incluye noches de música, ferias de artesanos y puestos gastronómicos los sábados y domingos hasta el 28 de diciembre; las veladas comienzan a las 21 horas. La apertura —concurrida y con la presencia de una banda nacional— marcó un hito: más de diez mil personas asistieron al encendido inicial, cifra que supera la población permanente del pueblo y posiciona a la edición 2025 como una de las más convocantes en la historia local.

Sustentabilidad y participación comunitaria

Una de las señas de identidad de la fiesta es el uso de materiales reciclados: botellas plásticas, tapitas, sachets, CDs y otros insumos recuperados por la comunidad se transforman en piezas decorativas. En puntos del recorrido funcionan estaciones ecológicas para la recolección selectiva. Además, escuelas y entidades locales participan activamente: la Escuela Especial N°36, por ejemplo, colaboró en el armado del “árbol de los buenos propósitos”, contribuyendo a la inclusión de personas con discapacidad en la puesta en escena.

Impacto económico y turismo interno

El evento genera movimiento en la economía local: puestos de venta, ferias gastronómicas y la llegada de visitantes de ciudades cercanas incrementan la demanda de servicios. La organización subraya que el estacionamiento y la entrada son gratuitos para facilitar el acceso y evitar exclusiones, y señala que la temporada se extiende hasta fines de enero para beneficiar también al turismo de verano.

Iconos rotativos y renovación anual

Una novedad señalada por la dirección de Turismo fue la reubicación de la figura gigante de Papá Noel: ahora recibe a los visitantes desde la terminal de ómnibus, con el objetivo de rotar los íconos por el pueblo y que cada barrio se sienta protagonista. La intención es que quienes vuelven cada año encuentren elementos nuevos y renovados en el recorrido.

Una invitación para conocer la identidad local

Más allá del brillo y el espectáculo, la Navidad de Capioví remite a la historia de la localidad y a prácticas comunitarias que sostienen la festividad: oficio artesano, memoria gastronómica y una decisión municipal de apostar al turismo cultural. El modelo combina atractivo estético y conciencia ambiental, y se presenta como ejemplo de cómo un pueblo pequeño puede convertir su patrimonio intangible en un atractivo para visitantes.


Fuentes: Infobae