CGT en la calle: demostración de fuerza mientras siguen las negociaciones por la reforma laboral
Movilización de la CGT y reclamos frente al avance del proyecto de reforma laboral
CGT, paro, reforma laboral y negociaciones fueron las palabras recurrentes durante la marcha de la central obrera que buscó marcar presencia en la discusión pública mientras el proyecto llegó al Senado con dictamen de mayoría y quedó para su tratamiento en febrero.
La movilización, convocada por la CGT y acompañada por las dos CTA, buscó mostrar unidad sindical frente a las iniciativas del gobierno que, según los gremios, implican recortes a derechos laborales. No hubo paro general: la acción se limitó a una demostración callejera que aspiró a influir en la discusión parlamentaria y en la opinión pública.
Qué reclaman los sindicatos
Los gremios cuestionan varios puntos del texto: la prioridad de convenios por empresa por sobre los de rama, modificaciones en el régimen de indemnizaciones, la posible extensión de la jornada mediante el banco de horas y cambios en la ultraactividad de los convenios. Para la CGT, esas medidas implican una pérdida de derechos; el Gobierno describe la iniciativa como una modernización del marco laboral.
Tensión interna en el movimiento obrero
La marcha también dejó en evidencia tensiones internas. La reforma generó debate entre sectores del sindicalismo tradicional y expresiones más rebeldes; además, la central experimentó cambios en su conducción recientemente, con un renovado triunvirato que busca recuperar protagonismo. En el acto, dirigentes de peso como el camionero Octavio Arguello —identificado en la crónica con la figura de Hugo Moyano— redoblaron advertencias hacia el Senado.
Relación con la política
La movilización contó con la presencia de dirigentes políticos que apoyan la postura crítica a la reforma. Axel Kicillof fue mencionado entre los asistentes; su presencia subrayó la confluencia entre sectores del peronismo y el sindicalismo en contra de los cambios propuestos por el Ejecutivo. En términos políticos, la acción buscó presionar a senadores y frenar el trámite exprés que pretendía la Casa Rosada.
Qué sigue
El proyecto tiene dictamen de mayoría pero su aprobación definitiva quedó para febrero, cuando la Cámara Alta retome sus actividades. Los gremios advierten con la posibilidad de un plan de lucha que incluya un paro nacional si no logran modificaciones sustanciales. Por ahora, la movilización se tradujo en una señal política clara: la CGT pretende condicionar el debate con la amenaza de medidas si se concretan artículos que reduzcan derechos laborales.
Impacto práctico
Más allá de la retórica, el debate determinará cómo se regulan las relaciones laborales en actividades clave de la economía. Los empleadores sostienen la necesidad de mayor flexibilidad para incentivar la inversión y la creación de empleo; los sindicatos responden que la protección de los trabajadores debe prevalecer. El resultado en el Senado definirá si la normativa avanza en la dirección demandada por el Ejecutivo o si se incorporan garantías propuestas por las centrales obreras.
Fuente: El Día (La Plata)