China podría dejar de ser el gran cliente en soja
China, soja e importaciones: un cambio que puede reordenar el mercado mundial
Goldman Sachs advirtió que China podría reducir sus importaciones de soja en hasta dos tercios durante la próxima década, un movimiento que afectaría a los principales exportadores como Brasil y la Argentina. El gigante asiático actualmente explica alrededor del 60% del comercio mundial de soja y sus decisiones de compra marcan precios y rutas comerciales.
Qué dice el informe y por qué preocupa
El pronóstico del banco de inversión, reseñado por el South China Morning Post, sostiene que China está reforzando políticas de seguridad alimentaria y estimulando la producción y el uso de recursos internos. Según el documento, la dependencia de importaciones —hoy cercana al 90% en ciertas proteínas vegetales— podría caer a menos del 30% dentro de diez años si se mantienen las medidas de intensificación y sustitución.
Entre 2021 y 2024, los cálculos de Goldman Sachs indican una reducción del consumo anual de soja en China de 15 millones de toneladas. Ese ajuste se logró, según el informe, recortando la proporción de harina de soja en dietas animales, mejorando la eficiencia de conversión de cerdos y optimizando raciones proteicas del ganado.
Datos clave que aparecen en el análisis
- Importaciones actuales de China: cerca de 100 millones de toneladas anuales (la mayor parte desde Brasil).
- Reducción estimada por Goldman Sachs: hasta dos tercios en una década si se acelera la sustitución.
- Disminución observada 2021-2024: 15 millones de toneladas menos de consumo anual.
- Cosecha nacional de granos 2025 en China: récord de 714,88 millones de toneladas, 1,2% más que el año anterior.
- Producción doméstica de soja en la campaña actual revisada a la baja a 20,9 millones de toneladas.
Consecuencias para los exportadores
Si las compras chinas se reducen de forma sostenida, Brasil y la Argentina podrían enfrentar menores volúmenes y presiones sobre los precios. El informe y varios analistas advierten que, aun con compras puntuales —como los acuerdos políticos que llevaron a Beijing a adquirir soja estadounidense por 87 millones de toneladas en cuatro años—, la estructura del comercio global se volvería más dependiente de políticas que de fundamentos de oferta y demanda.
Los economistas Joana Colussi y Michael Langemeier, de la Universidad de Purdue, recuerdan que la participación de China en las exportaciones brasileñas está en niveles históricamente altos, y que el aumento de la producción en Brasil (un 40% desde 2018) cambió el volumen absoluto disponible para el mercado.
Efectos en precios y en la plaza de Chicago
La combinación de compras políticas y compras pragmáticas por parte de China explica por qué los precios en Chicago han mostrado debilidad. Analistas de mercado señalan que las adquisiciones para cumplir acuerdos no necesariamente elevan los precios al nivel que demandaría una recuperación sustentada: los importadores asiáticos compran con cautela para no presionar al alza los valores.
Un dato para seguir: las llegadas de soja brasileña a China en noviembre subieron 48,5% interanual y las argentinas aumentaron 633% respecto al mismo mes del año anterior; en ese mes no se registraron arribos desde Estados Unidos y Brasil y Argentina representaron el 93,9% de las compras.
Escenarios y señales a observar
Para productores y operadores de la cadena oleaginosa, las variables a monitorear son:
- Política agrícola china: programas de tecnología, subsidios y campañas de extensión a productores nacionales.
- Rendimientos y clima en regiones productoras de China y en Sudamérica.
- Movimientos comerciales puntuales vinculados a acuerdos políticos entre Washington y Beijing.
- Inventarios globales y las perspectivas de demanda para biodiesel y forrajes.
Qué implica para la Argentina
Argentina es uno de los principales proveedores de soja del mundo; cualquier baja sostenida en la demanda china impactaría las exportaciones, los precios y la renta agrícola. Los exportadores locales, las terminales portuarias y los fletes se verían afectados por cambios en volúmenes y estacionalidad de las cargas. Además, movimientos bruscos en precios internacionales repercuten en la planificación de siembra y en las decisiones de acopio de los productores.
Fuentes: Infobae / Revista Chacra, South China Morning Post, análisis de Goldman Sachs.
