Comerciante de Mar del Plata ahuyentó a un ladrón con una cuchilla

Una empleada del "Almacén Gisela" enfrentó a un asaltante armado y lo obligó a huir

En Mar del Plata, una comerciante logró poner en fuga a un ladrón que la había amenazado con un revólver, usando una cuchilla para defenderse y gritando a los gritos. El episodio ocurrió en el barrio Parque Luro y quedó registrado por una cámara de seguridad.

Qué pasó

El hecho se registró la madrugada del martes 23 de diciembre, cerca de la 1. Según las imágenes difundidas por medios locales, un hombre ingresó al comercio identificado como "Almacén Gisela", ubicado en la calle Patagones al 700. El delincuente amenazó a la empleada con un revólver y le exigió el dinero de la caja registradora.

La trabajadora arrojó algunos billetes para distraerlo y, en ese breve lapso, retrocedió hacia el fondo del local, tomó una cuchilla de gran tamaño y volvió hacia el asaltante. Con la hoja en la mano y entre gritos —en la grabación se la escucha decir expresiones enojadas y la frase "¡volá, volá, volá!"—, consiguió intimidarlo. El hombre se retiró corriendo y escapó en un vehículo que lo esperaba en la calle. Hasta el momento no se informó su detención.

La reacción de la comerciante y riesgos de autodefensa

La acción de la mujer provocó que el asaltante desistiera del robo y se marchara con sólo una parte del dinero que había alcanzado a tomar. Situaciones como esta muestran el dilema de los trabajadores frente a delitos en locales pequeños: la decisión de enfrentar a un agresor armado puede reducir el botín del delincuente, pero también conlleva riesgos físicos considerables.

Desde el punto de vista legal, en Argentina rige el principio de legítima defensa cuando existe una agresión ilegítima, actual o inminente, y la respuesta es proporcional. Sin embargo, la línea entre una reacción defensiva y una que excede la proporcionalidad puede ser estrecha; en la práctica, las fuerzas de seguridad y la Justicia evalúan cada caso en función de circunstancias concretas.

Impacto local y contexto de seguridad

Mar del Plata vive una intensificación del movimiento comercial en las semanas previas a las fiestas, y eso suele coincidir con un aumento de hechos delictivos contra comercios pequeños que manejan efectivo. Los comerciantes consultados en episodios similares piden mayor presencia policial preventiva en barrios y un mejor análisis de cámaras de seguridad para facilitar la identificación de los autores.

El video del asalto en Parque Luro se viralizó rápidamente en redes y grupos de vecinos, lo que suele generar reclamos públicos por mayor seguridad y revisiones de protocolos internos en los comercios: cerrar puertas extras, mantener alarmas activas y coordinar comunicación con comercios vecinos y con la policía local.

Otra causa que trascendió en la ciudad

En un hecho judicial distinto y de mayor gravedad, un Tribunal Oral Federal condenó en la ciudad a Christian Gilberto Bustos a 20 años de prisión por delitos relacionados con la explotación sexual y abusos. Los jueces Fernando Minguillón, Roberto Falcone y Nicolás Toselli revocaron provisoriamente la prisión domiciliaria que el acusado tenía y ordenaron su detención en la delegación local de la Policía Federal. Además, dispusieron la restitución de una vivienda a dos víctimas y la afectación de dinero incautado a una tercera.

La sentencia establece, además, que Bustos deberá ser evaluado por el Cuerpo Médico Forense para determinar el alcance de una supuesta patología visual y si eso afecta su cumplimiento efectivo de la pena en una unidad carcelaria federal. Los hechos por los que fue condenado incluyen episodios ocurridos entre 2001 y 2010, con víctimas identificadas por sus iniciales en la causa pública.

Qué medidas piden los comerciantes

• Mayor patrullaje nocturno y en horarios de cierre.
• Mejor gestión y consulta de cámaras municipales para identificar vehículos utilizados en fugas.
• Programas de capacitación para empleados sobre cómo actuar frente a un intento de robo.

Los comerciantes, en especial quienes venden comestibles y manejan caja diaria, suelen reclamar programas de prevención que no pasen únicamente por la reacción individual, sino por estrategias coordinadas con la policía y políticas públicas locales.

Fuentes: Perfil