Cómo Leticia Fenoglio llevó a Franuí a 50 países

De Bariloche al mundo: la expansión y la innovación detrás de Franuí
La innovación, Franuí, la fábrica de Valencia y el reciente lanzamiento Franuí Free son el eje del crecimiento internacional que explica por qué la marca ya se vende en 50 países. Leticia Fenoglio dirige desde Bariloche una empresa familiar con raíces italianas que en cinco años pasó de ser una novedad local a un producto presente en Europa, Oriente Medio, Estados Unidos y África.
Origen familiar y valor agregado
Rapanuí-Rapanuí nace de una tradición chocolatera iniciada por Aldo, el abuelo de la familia, que llegó desde Turín. Con ese bagaje, la empresa desarrolló Franuí, un bombón de frambuesa bañado en chocolate que creó una categoría nueva en el mercado. La fórmula combina procesos artesanales con tecnología propia: las tabletas y figuras decoradas a mano conviven con líneas de producción diseñadas por su equipo de ingenieros.
La apuesta por Europa y la inversión en Valencia
En 2025 la compañía invirtió 9 millones de euros en su planta de Valencia y proyecta otros 16 millones para 2026, orientados a nuevas líneas de producción, un centro logístico y ampliación de la fábrica. Leticia pasa buena parte del año en Europa para supervisar operación y detectar oportunidades comerciales. Desde esa base se abastecen múltiples mercados del continente.
Modelo de negocio y canales de venta
Franuí crece con una estrategia mixta: en algunos países la empresa vende directamente a cadenas de retail y puntos de venta; en otros, trabaja con distribuidores locales. El canal principal sigue siendo el retail, aunque los productos también se comercializan en restaurantes, estaciones de servicio europeas, cines y plataformas de delivery. La marca cerró acuerdos puntuales, como su presencia en Starbucks en 13 países y la entrada a la cadena de cines Pathé en varias jurisdicciones.
Innovación de producto: Franuí Free y más frutas
El lanzamiento más reciente, Franuí Free, está pensado para consumidores con restricciones alimentarias: se elabora sin leche (utiliza leche de castaña de cajú y manteca de cacao) y se endulza con maltitol, lo que lo hace apto para celíacos, consumidores con intolerancia a la lactosa y personas con diabetes. En la Argentina el código alimentario restringe el uso de la palabra “chocolate” en estos casos, aunque en Europa sí se permite. Para la familia Fenoglio este proyecto tiene un componente personal: varios miembros, incluida Leticia, son celíacos y valoran la demanda de productos diseñados para esas necesidades.
Procesos: artesanalidad y tecnología propia
Los productos mantienen un fuerte componente artesanal, pero la empresa desarrolla la tecnología que necesita: diseña y fabrica sus propias máquinas para lograr los acabados buscados. Esa combinación les permitió mantener un estándar que convence tanto a distribuidores como a consumidores y mantener la consistencia al escalar producción.
Marca y comunicación
Rapanuí se define como “Casa de creadores” y sostiene como pilares la tradición patagónica, la calidad y la innovación. La comunicación se adapta a 36 idiomas y a 50 mercados distintos, lo que obliga a mantener un lenguaje coherente y a cuidar posicionamiento y precio. Leticia destaca la escucha al cliente: participa activamente de redes, responde mensajes y coordina con los community managers para recibir feedback directo del mercado.
Patentes, escalabilidad y próximos pasos
La empresa posee patente en la Argentina. Fenoglio explicó que las patentes registradas no siempre se extienden a todos los mercados, por lo que esa protección es parcial y exige una estrategia legal complementaria en cada país. Actualmente la compañía produce cerca de 50 millones de potes por año y proyecta terminar 2026 con cinco líneas en Europa y mantenerse ampliando la capacidad tanto en Valencia como en la Argentina.
Objetivos globales
Leticia afirma que la meta es llegar a los 190 países del mundo; para 2026 la intención es estar en 60 países. Entre los mercados prioritarios figuran los Estados Unidos (hoy presentes en Nueva York y Florida como mercado de prueba), más países europeos como Noruega, Dinamarca e Islandia, y un mayor desarrollo en Oriente Medio y África (ya están en Marruecos y estudian Egipto). La estrategia contempla análisis de distribuidores, cadena logística, transporte y posicionamiento en cada nación antes del desembarco.
Operación familiar
La empresa sigue siendo familiar: cada miembro tiene un rol definido. Julián está a cargo de la operación en locales, Aldo de la producción en Bariloche y de helados, y el padre participa de la gestión general. Leticia coordina la expansión internacional y la relación con distribuidores.
Foco en precio y accesibilidad
Pese a su posicionamiento gourmet, la compañía busca que el producto sea accesible cuando el consumidor lo desea. Para eso trabajan en mantener una política de precios que evite escaladas de valor por la demanda y en estrategias de comunicación que fomenten la repetición de compra.
Fuente: El Cronista
