Martes, 30 Diciembre 2025
Agro con intención de inversión al alza

Confianza del agro en máximos y mayor intención de inversión

El Ag Barometer muestra niveles de confianza inéditos en los últimos años y el agro considera invertir: buena campaña, recorte de retenciones y la Ley de Inocencia Fiscal sustentan la mejora, según Dante Romano.
Trigo en cosecha, maquinaria en el campo
Trigo en cosecha, maquinaria en el campo

El momento del agro y la decisión de invertir

La confianza del agro y la intención de invertir crecieron notablemente en el último relevamiento del Ag Barometer, en un marco de buena cosecha, mejores precios relativos y cambios en la política de derechos de exportación. La Ley de Inocencia Fiscal y señales institucionales alimentan el optimismo del sector.

Qué dijo Dante Romano

Dante Romano, consultor investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, afirmó que «el sector está pasando por un momento de mucho optimismo» y sostuvo que, cuando confluyen varios factores favorables, los fondos pueden canalizarse hacia la tierra y la inversión productiva.

Romano destacó que el último Ag Barometer mostró niveles de confianza máximos y una intención de inversión entre las mayores de los últimos cuatro años. Para él, tres pilares sostienen la mejora: una cosecha de trigo excelente, precios favorables de hacienda y un marco fiscal e institucional más claro.

Inocencia Fiscal y tierras

La sanción de la Ley de Inocencia Fiscal aparece como un incentivo para reasignar ahorros hacia activos productivos. Romano señaló que la tierra cotiza todavía «un poquito abajo» de picos históricos medidos en dólares, lo que abre una ventana de oportunidad para compras que podrían recircular dólares «del colchón» hacia inversión productiva.

En términos de rentabilidad, explicó que la tasa interna de retorno del agro en el largo plazo puede ubicarse en torno al 5%–6% anual. Esa cifra, dijo, gana atractivo por la estabilidad del activo y la posibilidad de revalorización del precio de la tierra.

Retenciones, bandas cambiarias y renta agrícola

Romano remarcó que la reciente baja de derechos de exportación —dos puntos para soja y trigo y un punto para maíz—, aunque modesta, fue percibida como un signo de rumbo. Puso un ejemplo práctico: «En soja son ocho dólares por tonelada, no es menor».

A su vez, analizó el impacto del nuevo esquema de bandas cambiarias: al sector le interesa que el tipo de cambio refleje la realidad del mercado porque los ingresos y muchos contratos se miden en dólares, mientras que costos como fletes y mano de obra se pagan en pesos.

Situación productiva y desafíos

En lo operativo, Romano describió una campaña con maíz sembrado en buen ritmo, soja con nacimientos favorables y trigo con rindes sobresalientes. No obstante, advirtió sobre una semana de calor puntual que pudo generar estrés, sin que por ahora comprometa la perspectiva general.

En trigo, la cuestión de la proteína aparece como un desafío: rindes muy altos pueden diluir nutrientes y bajar la proteína del grano, lo que genera descuentos por calidad. Aun así, Romano observó que los mercados están encontrando destinos alternativos para esa mercadería y que, en volumen, la ecuación sigue siendo favorable.

Expectativas para 2026

Para el consultor, 2026 muestra un horizonte positivo si se consolidan reducciones de la carga impositiva y avances institucionales en temas como semillas y patentes. El sector espera mayores superficies, más tecnología y mejores señales para planificar. Entre los principales desafíos mencionó la necesidad de encontrar tierras disponibles para alquilar o comprar en un contexto de expansión.


Fuentes: Perfil / Canal E