Daniel Erbetta: es responsabilidad de la política que la Corte Suprema funcione con tres miembros

Balance del año judicial y palabras clave
El ministro de la Corte de Santa Fe advirtió que la actual composición de la Corte Suprema con solo tres ministros y la existencia de vacantes comprometen la legitimidad de sus fallos y responsabilizó a la política por no haber cubierto los cargos. En su diagnóstico señaló también la concentración de funciones del máximo tribunal y la necesidad de una reingeniería institucional.
Qué dijo Erbetta en Modo Fontevecchia
Daniel Erbetta sostuvo que la Argentina requiere una profunda reingeniería institucional del Poder Judicial. Subrayó que la Corte Nacional trabajando con tres miembros —y con la falta de cobertura de otras vacantes— erosiona la representación y la legitimidad del tribunal. Además afirmó que la concentración de funciones en el máximo tribunal y el uso extensivo de doctrinas como la arbitrariedad lo transformaron en una instancia que actúa como tercera instancia general, acumulando tareas que, según su perspectiva, corresponderían a otras cortes y jurisdicciones.
Responsabilidad política y procedimientos cuestionados
El magistrado responsabilizó directamente a la política y al Poder Ejecutivo por no completar la integración de la Corte y por permitir prácticas que, en su opinión, se apartaron de lo establecido por la Constitución para designar ministros. Mencionó además que existe un procurador interino y que siguen pendientes reformas importantes, entre ellas la de Comodoro Py, un tema que la propia Corte había declarado inconstitucional hace dos décadas y que no terminó de resolverse.
La crítica a la acumulación de funciones
Erbetta puso el foco en la sobrecarga institucional: dijo que la Corte en la práctica ha asumido el gobierno del Poder Judicial, la presidencia del Consejo de la Magistratura y funciones jurisdiccionales masivas. A modo ilustrativo, señaló que tres ministros dictaron decenas de miles de fallos en un año —cifra que él relaciona con una delegación funcional excesiva— y consideró que esa dinámica atenta contra la independencia y el control racional de la administración de justicia.
La doctrina de la arbitrariedad y su efecto práctico
El uso amplio de la llamada doctrina de la arbitrariedad —según Erbetta, concebida originalmente como excepción— se transformó en un criterio que habilita a la Corte a intervenir en grandes cantidades de causas. Para el ministro, esa práctica no solo excede el espíritu original de la doctrina, sino que también convierte al máximo tribunal en una instancia de revisión general que centraliza resoluciones que corresponderían a otras instancias.
Propuestas y resistencias
Erbetta pidió un debate serio sobre la organización del Poder Judicial: propuso repensar modelos de trabajo, procesos de litigación y modos de organización, más allá de simplemente aumentar cargos o presupuesto. Advirtió que existe resistencia dentro del ámbito federal para abordar estas reformas y que sin esa discusión profunda la desconexión entre las demandas ciudadanas y la justicia va a persistir.
Impacto para la ciudadanía
En su intervención, el ministro destacó que la función judicial debe orientarse a resolver problemas concretos de la gente con tiempos razonables y transparencia. La concentración de funciones y la sobrecarga de causas, a su juicio, perjudican la tutela efectiva de derechos y la percepción de imparcialidad. La independencia judicial, dijo, es una garantía para la ciudadanía, no un privilegio de los jueces.
Quién es Daniel Erbetta
Erbetta ocupa la titularidad en la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Santa Fe desde diciembre de 2007. Es especialista en derecho penal, fue profesor en la Universidad Nacional de Rosario y desempeñó cargos académicos como decano. Presidió la Corte santafesina y tiene experiencia en gestión judicial; su posición en este debate aporta una mirada desde el interior federal sobre problemas que también se debaten a nivel nacional.
Lectura para el lector
El diagnóstico plantea que la solución no pasa solo por nombrar más jueces: requiere repensar funciones, procesos y estructuras para que la Corte recupere su rol de tribunal de extrema relevancia en los casos que realmente lo ameritan. Erbetta coloca la responsabilidad principal en la política por no cubrir vacantes y por no impulsar reformas que reduzcan la centralización y mejoren la respuesta judicial a las demandas sociales.
Fuente: Perfil - Modo Fontevecchia
