Domingo, 28 Diciembre 2025
Origen y costumbres del 28 de diciembre

Día de los Santos Inocentes: por qué se recuerda el 28 de diciembre y cómo nació la tradición

El 28 de diciembre recuerda a los niños asesinados según el relato bíblico atribuido a Herodes, pero con el tiempo la fecha se transformó en la jornada de las inocentadas: bromas que se comparten en familia, redes y medios. La celebración combina memoria religiosa y tradición popular; hoy conviene distinguir entre la conmemoración y las bromas para evitar daños y la difusión de desinformación.
Representación de la tradición del Día de los Santos Inocentes
Representación de la tradición del Día de los Santos Inocentes

Un día festivo con origen trágico: historia y costumbres del 28 de diciembre

El Día de los Santos Inocentes, celebrado el 28 de diciembre en países como España, México y Argentina, combina un recuerdo litúrgico con prácticas festivas: es una jornada que conmemora a los niños asesinados según el relato bíblico atribuido al rey Herodes, y que a la vez se transformó en el día de las bromas y las “inocentadas”.

La conmemoración tiene una doble naturaleza: por un lado, el recuerdo religioso de las víctimas infantiles mencionadas en el Evangelio; por otro, la costumbre popular de efectuar bromas que en algunos lugares adquirieron matices mediáticos y sociales. Esa tensión entre memoria y diversión explica por qué la fecha puede ser entendida en clave histórica y también en clave festiva.

Origen bíblico y recuerdo litúrgico

La raíz histórica de la conmemoración está en el episodio conocido como la matanza de los inocentes: según los evangelios, el rey Herodes ordenó matar a los varones menores de dos años en Belén tras enterarse del nacimiento de Jesús, con la intención de eliminar al supuesto competidor. La Iglesia católica recuerda a esos niños mártires, y el 28 de diciembre figura en el calendario litúrgico como el día dedicado a su memoria.

De rito religioso a festividad popular

Con el paso del tiempo, muchas fiestas religiosas se mezclaron con tradiciones locales. En el caso del 28 de diciembre, la mezcla fue hacia el humor y la broma: en distintos países iberoamericanos la jornada se convirtió en ocasión para hacer inocentadas, publicar noticias falsas a modo de chiste o realizar bromas entre familiares y amigos. Los medios y la televisión adoptaron también la costumbre, con montajes y noticias falsas preparadas para el día.

Cómo se celebra hoy

En España y en buena parte de América Latina, la costumbre de hacer bromas se mantiene vigorosa: desde historias absurdas entre amigos hasta campañas de humor en redes sociales. En Argentina, la fecha se vive con variedad: hay familias que recuerdan la dimensión religiosa, otras que adoptan el tono festivo y medios que publican montajes con tono humorístico. El carácter público de la broma varía según contexto y sensibilidad.

Precauciones y límites

Aunque la mayoría de las inocentadas se hacen con intención de divertir, hay límites a conservar: las bromas que puedan causar daño físico, sufrimiento psicológico o exponer a terceros a riesgos no son apropiadas. Además, en la era de la desinformación, convertir noticias falsas en chistes puede contribuir a confusión pública; por eso muchos recuerdan que las inocentadas deben ser claramente identificables y no poner en riesgo la credibilidad de información relevante.

Memoria y educación

El 28 de diciembre también puede ser una oportunidad para explicar a los más jóvenes el origen histórico y religioso de la fecha: la figura de los Santos Inocentes invita a reflexionar sobre la violencia contra niños en la historia y en la actualidad, y a diferenciar entre la memoria de las víctimas y las prácticas festivas que derivaron de la conmemoración.

Recomendaciones para participar

Si se participa en inocentadas, es recomendable priorizar el respeto: evitar bromas que afecten a terceros de manera grave, no difundir rumores que puedan perjudicar a personas o instituciones y, en caso de medios de comunicación, aclarar el carácter ficcional de la pieza para no fomentar la desinformación.


Fuente: El Día - Información General