Miércoles, 12 Noviembre 2025
11/11: el día del churro y sus sabores en Argentina

Día Internacional del Churro: historia, tradiciones y las variedades favoritas en Argentina

El 11 de noviembre se celebra el Día Internacional del Churro: en Argentina domina el relleno de dulce de leche y existen versiones clásicas, saladas y ‘gourmet’ que amplían la oferta.
Churros variados: rellenos y bañados
Churros variados: rellenos y bañados

Celebración y tradición: el churro en la mesa argentina

El domingo 11 de noviembre se conmemora el llamado Día Internacional del Churro, una efeméride adoptada por fabricantes y asociaciones del sector que rinde homenaje a una factura con fuerte presencia en la cultura gastronómica argentina. El gusto nacional por el relleno de dulce de leche es, según productores, la variante más vendida.


El churro llegó a ser una de las facturas preferidas de los argentinos: se consume cubierto de azúcar, relleno de dulce de leche o crema pastelera, bañado en chocolate y, en los últimos años, en versiones saladas o «gourmet». La Asociación de Pizzerías y Casas de Empanadas y Afines (APYCE) fijó informalmente el 11 de noviembre como día de la fecha porque las dos cifras «11/11» remiten a los palitos que suelen formar los churros largos.

Origen disputado

Como con muchas recetas populares, el origen del churro no está totalmente definido. Algunas teorías lo remontan a China; otras lo ubican en la península ibérica, donde se perfeccionó la técnica y se convirtió en un alimento tradicional. Lo cierto es que el churro cruzó fronteras y hoy existen versiones locales en Europa, Asia, América y especialmente en países latinoamericanos, donde adquirió rasgos propios.

Las variedades más elegidas en Argentina

Según fabricantes y locales tradicionales, las variantes más populares en el país son:

  • Relleno de dulce de leche (el preferido mayoritario).
  • Churro clásico espolvoreado con azúcar.
  • Bañado en chocolate o con cobertura.
  • Relleno con crema pastelera.
  • Rellenos o coberturas premium como Nutella o pistacho.

Además, la innovación fue abriendo el espectro: churros salados (con queso cheddar, roquefort, jamón y queso), versiones con hummus o aceituna, y combinaciones «gourmet» (pistacho, sambayón, Oreo, menta con chocolate). También circularon propuestas creativas que llegaron a la prensa, como el churro de vitel toné, que se hizo famoso por su contraste audaz.

Dos fábricas emblemáticas

En el recorrido por la tradición churrera argentina sobresalen dos historias que ayudan a entender la vigencia del producto:

  • Sol de Galicia: fundada en 1957 por una familia de origen gallego, comenzó como un emprendimiento artesanal y se consolidó como una fábrica de referencia. Opera con varias plantas y produce churros, mini churros, donas, berlinesas y otros productos de panadería industrializados.
  • Churrería El Topo: nació en Villa Gesell en 1968 y se convirtió en un clásico de la costa atlántica. Su presencia en veranos y noches de boliche forjó una reputación que se mantuvo al crecer y abrir sucursales en distintos destinos turísticos.

Consumo y momentos del año

El churro funciona bien en distintas estaciones: en verano es un clásico de la costa y las tardes junto al mar; en invierno, el combo de chocolate caliente y churros sigue siendo una merienda tradicional. Las churrerías se adaptaron a nuevos horarios y audiencias: locales en centros comerciales, puestos en playas y stands en ferias gastronómicas.

Tendencias del sector

Las fábricas y churrerías argentinas han ido incorporando opciones veganas y adaptaciones por demandas dietarias. La innovación en sabores y coberturas responde tanto a tendencias internacionales como a la búsqueda de diferenciarse en un mercado competitivo.


Fuente: Perfil