Miércoles, 12 Noviembre 2025
Riesgos y prevención en salud pública

Disruptores endocrinos: qué son, riesgos para la salud y cómo reducir la exposición

Expertos del Congreso de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo advirtieron sobre los riesgos de los disruptores endocrinos —como el BPA y los ftalatos— en la fertilidad, el desarrollo puberal y algunas formas de cáncer. Qué medidas personales y qué políticas públicas pueden mitigar la exposición.
Frascos y envases plásticos representando productos con disruptores endocrinos
Frascos y envases plásticos representando productos con disruptores endocrinos

Por qué los disruptores endocrinos preocupan a médicos y familias

Los disruptores endocrinos son compuestos químicos presentes en plásticos, cosméticos y pesticidas que pueden alterar el sistema hormonal incluso en bajas concentraciones. En el último Congreso de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SAEM) expertos advinieron sobre su impacto en la salud: desde infertilidad hasta alteraciones tiroideas y cambios en la pubertad.

Qué son y cómo actúan

Según exposiciones del congreso, estos compuestos pueden imitar o bloquear hormonas naturales y actuar sobre receptores estrogénicos o antiandrogénicos. Entre los más mencionados figuran el bisfenol A (BPA) y los ftalatos, presentes en envases plásticos, y otros ingredientes usados en cosméticos y protectores solares. La entrada al organismo puede ser por ingestión, inhalación o absorción cutánea.

Efectos observados y evidencia clínica

Los especialistas que participaron del SAEM, entre ellos el médico e investigador Osvaldo Ponzo, señalaron asociaciones con alteraciones reproductivas (disminución de la cantidad y calidad de espermatozoides, aumento en poliquistosis ovárica), mayor incidencia de ciertos cánceres (mama y próstata en edades más jóvenes), trastornos tiroideos, pubertad precoz y problemas de comportamiento. Parte de estas observaciones ya se ven en la clínica cotidiana y en estudios poblacionales.

¿Cómo se integra esto con otros factores de riesgo?

Los especialistas insisten en que la causalidad suele ser multifactorial: genética, obesidad, alimentación y estrés interactúan con la presencia de disruptores. Sin embargo, la distribución masiva de estos compuestos desde mediados del siglo XX coincide con tendencias negativas en parámetros reproductivos y endocrinos a nivel global, lo que obliga a considerar su papel como parte del problema.

Medidas individuales para reducir la exposición

Aunque es casi imposible eliminar por completo el contacto, hay acciones concretas y prácticas que reducen el riesgo:

  • Evitar calentar alimentos o mamaderas en envases plásticos; preferir vidrio o porcelana.
  • Optar por botellas y recipientes de vidrio o acero inoxidable y no dejar plásticos al sol.
  • Lavar frutas y verduras con agua caliente para retirar residuos de pesticidas; evitar consumir grasa de carnes donde se acumulan compuestos liposolubles.
  • Elegir productos cosméticos y de higiene libre de parabenos y ftalatos; limitar el maquillaje en niñas.
  • Usar guantes al manipular detergentes fuertes y preferir alternativas de limpieza con bicarbonato o productos naturales.
  • Priorizar barreras físicas contra el sol (ropa, sombrero) y usar protector solar con criterio, especialmente en niñes; consultar productos con menor contenido de compuestos sospechados.

Qué se puede exigir a las autoridades

En países de la Unión Europea ya existen regulaciones más estrictas sobre varios de estos compuestos; en Argentina expertos proponen organismos con comités de vigilancia que fijen límites y retiren productos cuando la evidencia lo señale. La educación y la difusión por parte de sociedades científicas son claves para que profesionales y población conozcan riesgos y medidas de prevención.

Señales de alarma y cuándo consultar

Si aparecen alteraciones menstruales, dificultades reproductivas o cambios en el desarrollo puberal, es razonable consultar al médico e plantear la posibilidad de exposición a disruptores como parte del interrogatorio clínico. En algunos casos, intervenciones simples (cambios en dieta o en productos de uso diario) han mostrado mejoras en marcadores hormonales en pocos meses.

Conclusión

Los disruptores endocrinos constituyen una preocupación creciente por su ubicuidad y su capacidad de afectar procesos hormonales críticos. La estrategia más sensata combina políticas públicas que regulen sustancias de riesgo, mayor difusión científica y medidas individuales prácticas para reducir la exposición, sobre todo en etapas sensibles como el embarazo y la infancia.


Fuente: Clarín - SAEM