Documental revela masacre oculta en Avellaneda durante la dictadura

Un caso silenciado durante más de 40 años llega al cine
El documental dirigido por Rodolfo Petriz reconstruye la madrugada del 22 de febrero de 1977 en Avellaneda, cuando seis personas fueron fusiladas junto al paredón del estadio de Racing. El filme investiga el hecho, la participación del Ejército y la documentación que relaciona el suceso con archivos de la DIPPBA, la policía política bonaerense.
Cómo nació la investigación
La película surgió a partir de una nota periodística publicada en 2018 que reavivó testimonios orales sobre aquel suceso en Avellaneda. Petriz cuenta que al comenzar a filmar no imaginaba que su trabajo desembocaría en una denuncia judicial: la intención fue visibilizar un hecho que, hasta entonces, permanecía casi exclusivamente en relatos personales. A partir de declaraciones y documentos hallados en archivos públicos, la investigación periodística encontró registros que apuntan a una operación represiva encubierta bajo la versión oficial de un “enfrentamiento con un grupo extremista”.
Qué muestra el documental
Durante sus dos horas, la película reúne entrevistas a testigos, reconstrucciones de recorridos por los lugares vinculados al hecho y la revisión de archivos oficiales. Entre los testimonios figura el de Rafael Barone, cuyo testimonio judicial en 2016 reavivó la investigación. Barone relató que caminaba junto al exjugador Omar Oreste Corbatta cuando observó varios cadáveres frente a la boletería por la calle Colón. En la filmación aparecen testimonios de vecinos y se cotejan partes y legajos de la ex Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA), que documentaron el hecho en su momento.
La DIPPBA y el valor de los archivos
Creada en 1956 y disuelta en 1998, la DIPPBA integró el aparato de inteligencia policial de la provincia de Buenos Aires. Sus archivos pasaron a formar parte del acervo de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) tras la sanción de la ley 12.642 en 2001. Para esta investigación, esos registros fueron clave: permitieron encontrar partes escritos que confirmaban operaciones y relatos orales que hasta entonces no tenían respaldo documental público. Petriz destaca que hallar ese parte de inteligencia fue uno de los momentos en que la investigación periodística encontró prueba en papel de lo relatado.
De la investigación periodística a la denuncia judicial
La visibilización buscada por el documental tuvo un efecto concreto: después de la difusión de la investigación, se presentó una denuncia judicial que incluyó las pruebas recolectadas durante el proceso de filmación. Entre las medidas solicitadas en la denuncia figuran la citación de testigos y pedidos de información a distintas instituciones del Estado. El expediente busca dilucidar la identidad de las víctimas y el paradero de sus restos, que según algunas hipótesis podrían encontrarse en una fosa común; hasta ahora, esas cuestiones siguen sin resolverse.
Resistencias y silencios
Durante la pesquisa, el equipo del documental se topó con reticencias: personas que no querían hablar o aparecer por miedo a retomar episodios de la dictadura. El director señaló su sorpresa por esos temores persistentes. El documental intenta también explicar por qué muchos hechos de violencia política quedaron ocultos durante décadas: la combinación de represiones institucionales, relatos fragmentados y documentación dispersa contribuyó a que esta masacre permaneciera en gran parte fuera del registro público.
Estreno y alcance
El filme se estrena este domingo a las 20 en el cine Gaumont. La intención del director y del equipo es que la proyección contribuya a generar más testimonios y datos que ayuden a avanzar en la identificación de las víctimas y en la localización de posibles restos. Para Petriz, aunque la Justicia no logre resolver todas las incógnitas, la película constituye un hecho periodístico y un aporte al registro histórico de lo ocurrido durante la última dictadura cívico-militar en la Argentina.
Contexto histórico y legal
La masacre relatada en el documental enmarca prácticas sistemáticas de violencia estatal ocurridas entre 1976 y 1983, periodo conocido como última dictadura cívico-militar. En el país existen mecanismos judiciales y de memoria que, con distintos ritmos, buscan esclarecer crímenes de lesa humanidad. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) custodia archivos y es un actor clave para la apertura de legajos que permiten reconstruir operaciones represivas. La actuación de la Justicia federal y provincial en causas vinculadas a hechos de 1977 sigue siendo el camino formal para la posible verdad y reparación.
Lo que el documental deja planteado
El film no sólo reconstruye una escena de violencia sino que interpela sobre las dificultades para arribar a la verdad: ausencias de registro, miedos que persisten y archivos que, pese a existir, requieren de una búsqueda paciente. La denuncia judicial que acompaña la investigación pretende forzar instancias de esclarecimiento; al mismo tiempo, el documental cumple una función pública: poner nombre y contexto a una masacre que durante décadas quedó fuera del relato hegemónico.
Fuente: Clarín
