Viernes, 26 Diciembre 2025
Economía y mercados: interrogantes sobre la estrategia de reservas

El plan de reservas todavía genera dudas entre inversores

Los anuncios sobre la acumulación de reservas —incluida la referencia a comprar hasta 5% del MULC— fueron bien recibidos por los mercados, pero inversores y consultoras cuestionan la ejecución y si bastarán para alcanzar la meta de US$ 10.000 millones.
Operadores financieros y pantallas con cotizaciones en una sala de mercados
Operadores financieros y pantallas con cotizaciones en una sala de mercados

Incertidumbres sobre la mecánica del esquema de acumulación de reservas y su impacto en el mercado

El anuncio del Gobierno sobre la política para acumular reservas —en particular la referencia a comprar hasta 5% del volumen operado en el MULC— calmó inicialmente a los mercados: los bonos argentinos tuvieron un movimiento favorable y el riesgo país se redujo respecto a niveles previos. Sin embargo, los inversores siguen planteando dudas clave sobre cómo se instrumentará exactamente esa acumulación y si alcanzará la meta anunciada de US$ 10.000 millones.


Desde la City y las mesas financieras subyace una pregunta operativa: ¿qué significa en la práctica comprar «5% del volumen del MULC»? En la comunicación oficial el número se presenta como una referencia, pero su cálculo depende de cómo se mida el volumen (si se toma el promedio diario, si se incluyen operaciones puntuales o block trades) y de la ausencia de definiciones estrictas sobre la regularidad y vigilancia de esas compras. Esa ambigüedad permite al equipo económico cierta discrecionalidad, lo que a su vez genera cautela entre fondos y bancos que evalúan posicionarse en deuda argentina.

Voces del mercado han intentado traducir ese 5% a números concretos. En términos gruesos, si se opera un MULC con ruedas diarias promediando US$ 200 millones, el 5% diario equivaldría a compras por poco más de US$ 10 millones por día, que en un año sumarían alrededor de US$ 2.520 millones. Por otro lado, la referencia que circuló en reuniones privadas entre funcionarios y algunos grandes bancos es que el 5% aplicado sobre volúmenes mayores podría dar cifras cercanas a US$ 4.000 millones en un año, todavía por debajo de la meta pública de US$ 10.000 millones. Estas estimaciones ponen en evidencia que alcanzar la meta dependerá tanto del comportamiento del mercado cambiario (volúmenes operados) como de la voluntad política para complementar las compras con operaciones en bloque.

Fuente: El Día (resumen del análisis de inversores y consultoras), periodo: diciembre 2025

Más allá de la operación técnica, hay una segunda dimensión estructural. Consultoras que siguen la plaza local señalan que el anuncio es positivo en términos de expectativas para los acreedores: redujo rendimientos y ayudó a ciertos precios de los bonos. Sin embargo, esos mismos analistas advierten que el esquema actual no implica un giro radical hacia una política cambiaria más libre —lo que varios inversores preferirían— y deja espacio para la intervención oficial que hoy algunos consideran excesiva.

Además, el perfil de los compradores potenciales cambió. Los fondos «distressed», que compraban deuda argentina a precios de castigo, ya no son el actor central; ahora aparecen fondos con apetito por rendimientos más altos y por papeles en mejor estado. Para seducir ese universo inversor, el mercado exige señales claras y sostenibles: reglas predecibles, menor discrecionalidad y certezas sobre el flujo de reservas. Sin estas señales, una mejora en los precios puede resultar frágil.

En la práctica, el Gobierno y el equipo económico enfrentan un trade-off: mantener herramientas de regulación cambiaria para ordenar la economía, o abrir más el mercado para aumentar el volumen y, por ende, la capacidad efectiva de compra del Banco Central. La opción intermedia —compras en bloque complementadas por intervención diaria limitada— aparece en los discursos como una fórmula posible, pero requiere coordinación política y operativo-financiera.

En síntesis, el anuncio cumplió una función: calmar parcialmente tensiones y bajar rendimientos. Pero la verdadera prueba será la ejecución y la transparencia del mecanismo. Si las compras se concretan en volumen, el objetivo de reservas anunciado será más plausible; si prevalece la discrecionalidad y las restricciones mantienen el MULC con baja profundidad, la meta de US$ 10.000 millones quedará lejos. Los inversores, por ahora, esperan el «delivery».


Fuentes:

El Día — Análisis: El plan reservas todavía genera dudas entre inversores