El sector privado se acomodó a un dólar a $1500, aunque exige más competitividad

Alivio por la estabilidad cambiaria, pero preocupación por la competitividad
Con el dólar a $1.500 el sector empresario percibe una estabilidad relativa, pero reclama medidas para recuperar competitividad. Empresarios de la llamada "mesa chica" del poder económico coinciden en que la cotización actual puede ser sostenible hasta fin de año, aunque advierten que la industria continúa hasta un 20% más cara frente a competidores regionales.
Qué dicen los empresarios
En reuniones recientes del llamado Grupo de los Seis —las principales cámaras empresarias— el clima pasó de la tensión previa a las elecciones a una sensación de alivio por la estabilidad cambiaria. Sin embargo, en esos mismos encuentros reaparecen reclamos concretos: acelerar el ritmo de actualización de las bandas de no intervención sin que eso implique una apreciación real del peso, y ocuparse de problemas estructurales de productividad.
Desde el sector de la agroindustria se escuchan diagnósticos similares: hay expectativa por entrantes de divisas y por el sostén internacional para atractivos proyectos de inversión, pero existe cautela frente a cualquier salto brusco del tipo de cambio que pueda trasladarse a precios internos.
La perspectiva de la UIA y el caso de la industria
Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), señaló en declaraciones radiales que con el nivel actual del dólar la industria está «un 20% más cara que Brasil y México». La UIA es la principal cámara empresaria del sector industrial; representa a fábricas y empresas manufactureras de todo el país y suele poner el foco en temas de competitividad, costos y empleo industrial.
El reclamo de la UIA resume dos problemas: por un lado, distorsiones internas que elevan costos (impuestos, logística, costos energéticos y regulaciones); por otro, una trayectoria del tipo de cambio que, si bien hoy ofrece cierto alivio, podría volverse complicada si las bandas de intervención no se ajustan en sintonía con la inflación y la productividad.
Cómo funcionan las bandas cambiarias y el impacto en reservas
El esquema actual coloca un piso y un techo para la cotización: actualmente esos límites se ubican en alrededor de $933 y $1.499, con el tramo de no intervención ampliándose gradualmente. El presidente del Gobierno comunicó que la intención no es liberar el tipo de cambio de un día para otro, sino ensanchar esos límites hasta que dejen de tener relevancia operativa.
Analistas advierten que si las bandas se amplían a un ritmo inferior al de la inflación, el techo perderá valor en términos reales y eso implicará una apreciación tácita del peso. Esa apreciación puede perjudicar a los exportadores y obligar al Banco Central a vender reservas en caso de un choque externo que demandara intervención. La lectura es que el ritmo de ajuste de las bandas es hoy la variable más observada por empresas que compiten internacionalmente.
Opiniones de economistas y actores del mercado
Hernán Lacunza, exministro de Economía, advirtió que «no compensa que el techo vaya decreciendo en términos reales mientras la inflación sea mayor al 1% mensual». En la misma línea, Sebastián Menescaldi, director de la consultora Eco Go, señaló que la cotización actual es «sostenible» y que el acceso al mercado de capitales puede ayudar a mantenerla. Pero insistió en que el modo en que se ajusten las bandas será clave para evitar ventas de reservas innecesarias.
En los pasillos del mercado también se observa actividad en futuros: algunas empresas comienzan a cotizar sus ventas y compras en los meses siguientes tomando de referencia los dólares implícitos en Rofex y agregando márgenes precautorios. Eso refleja que, pese al alivio, hay cobertura ante posibles movimientos.
Qué piden las pymes y el efecto sobre precios
Desde el sector pyme señalan que, aun con un dólar estable, siguen sufriendo presiones: muchas industrias compran insumos en moneda extranjera y la variable de ajuste termina siendo el poder adquisitivo del salario. Un empresario metalúrgico pyme afirmó que «a la divisa le falta un 10% a 15% para ponerse al día», pero aclaró que cualquier corrección que llegue a precios complica la recuperación del consumo interno.
El escenario que describen los empresarios es entonces doble: buscan un tipo de cambio que corrija atrasos frente a la región, pero exigen que esa corrección no se traduzca en un traspaso a precios que erosione salarios y reduzca demanda.
Conclusión: estabilizar sin resignar competitividad
En términos concretos, el sector privado aceptó por ahora la cotización cercana a $1.500 como un referente sostenible, pero reclama políticas complementarias: mejora de productividad, reducción de distorsiones internas y un manejo de las bandas cambiarias alineado con la inflación. Sin esas señales, advirtieron fuentes empresarias, cualquier estabilidad del tipo de cambio puede ser temporal o insuficiente para recuperar la competitividad perdida.
Fuentes: Perfil
