Empleo formal: estabilidad, apertura y productividad para crecer

Estabilidad macro, apertura y productividad: claves para que el empleo formal crezca
empleo formal, apertura y productividad son las tres palabras que guían la propuesta para sacar a la Argentina de un ciclo donde el trabajo registrado estanca y crece la informalidad. El diagnóstico es que la macro debe dejar de ser una «fase» y volverse regla para que la contratación en blanco vuelva a ser rentable.
El diagnóstico actual
En la última década el empleo asalariado privado registrado mostró estancamiento: las variaciones se desplazan en mesetas y las crisis macroeconómicas tienden a aplanar cualquier repunte. Al mismo tiempo, aumentó el trabajo independiente de baja escala y la informalidad. Ese cambio en la composición del mercado laboral convierte tener empleo en una garantía insuficiente para evitar la pobreza.
Por qué la macro no alcanza
La estabilización (baja inflación, orden fiscal, menor riesgo país) es condición necesaria pero no suficiente. Las empresas contratan si el valor marginal que aporta un trabajador supera el costo total de emplearlo: salario, contribuciones, costos implícitos como litigiosidad y rigideces operativas. Con costos “no salariales” impredecibles, muchas empresas optan por automatizar o mantener estructuras pequeñas.
La apertura comercial como motor con riesgos
Abrir la economía puede elevar productividad y bajar precios de bienes transables, beneficiando especialmente a hogares de ingresos bajos. Sin embargo, la transición puede expulsar empleo en actividades protegidas si no se combina con políticas internas: la experiencia regional muestra que la apertura junto con apreciación cambiaria y rigideces laborales puede aumentar la informalidad.
Dónde puede crecer el empleo sostenible
El país tiene ventajas en agroalimentos, energía, minería, servicios basados en conocimiento y algunos nichos industriales. Esos sectores ofrecen mayor valor agregado y mejores salarios, aunque no siempre gran volumen de empleo por unidad de inversión. El desafío cuantitativo está en los sectores intensivos en mano de obra de baja y media calificación —parte de la industria, comercio, turismo y construcción— donde sin un salto de productividad formalizar es difícil.
Una hoja de ruta en tres ejes
- Previsibilidad macro: un régimen cambiario y monetario claro que no sea percibido como una fase transitoria disminuiría la prima de cobertura y abarataría el financiamiento.
- Reducir costo y riesgo de contratar: simplificar modalidades laborales, acotar la litigiosidad esperada y aliviar contribuciones en la base salarial más baja ayudaría a transformar proyectos «casi viables» en viables.
- Impulsar productividad en sectores que emplean: infraestructura y logística, crédito de largo plazo, servicios empresariales avanzados, formación continua y certificación de habilidades por cadena productiva.
Secuenciación de políticas y gestión de la transición
La apertura debe venir acompasada con medidas que atenúen la pérdida de empleo en actividades menos competitivas y que faciliten la reubicación laboral. Políticas activas de formación laboral, incentivos temporales a la contratación formal en sectores intensivos en mano de obra y financiamiento a pymes para adopción tecnológica son instrumentos posibles.
Conclusión
Con estabilidad macro duradera, reglas claras sobre el tipo de cambio y la política monetaria, y una agenda que reduzca el costo y riesgo de contratar mientras impulsa productividad en los sectores que más emplean, la apertura se convierte en motor para la creación de empleo formal y para salarios que sigan a la productividad. No hay atajos: se necesitan diseño, secuencia y persistencia.
Fuente: Perfil
