Es una leyenda del punk ruso, se exilió en la Argentina por oponerse a Putin y a la guerra contra Ucrania y ama el rock nacional
Dmitry Spirin: del punk contestatario ruso al exilio y la escena porteña
Dmitry Spirin, referente del punk ruso, llegó a Buenos Aires tras denunciar y oponerse al gobierno de Vladimir Putin y a la guerra contra Ucrania; en la Argentina encontró la escena del rock nacional que conocía desde antes y ahora trabaja en acercar sus canciones al público local.
Spirin contó en la entrevista que su llegada a Buenos Aires fue en busca de un nuevo hogar ante la persecución por sus posturas críticas. Ya conocedor del punk argentino, dijo que fue "amor a primera vista" con la ciudad y su escena musical. En el exilio encontró espacios para tocar y dialogar con músicos locales, y expresó su deseo de traducir canciones al ruso para que su comunidad también conozca el rock nacional.
La trayectoria de Spirin en Rusia lo convirtió en una figura incómoda para el oficialismo: su música y su posicionamiento público frente a la guerra lo obligaron a dejar su país. En Buenos Aires, se relacionó con bandas y referentes locales y valoró la tradición del rock argentino como influencia y refugio creativo. Su historia combina el aspecto político del exilio con la búsqueda artística en una ciudad que lo recibió.
Además de su actividad musical, Spirin reflexionó sobre la importancia de la libertad de expresión y el rol del arte en contextos de represión. Su plan de traducir sus canciones al ruso pretende tender puentes culturales: llevar hacia su público original los sonidos y las letras que encontró en la Argentina y, a la vez, mostrar cómo el rock local puede resonar con problemáticas universales.
Fuentes: La Nación
