Fontevecchia: Milei, la influencia de Estados Unidos y la crisis del consenso político

Claves del análisis en "QR!": consenso, liderazgos y geopolítica
Jorge Fontevecchia, presidente y CEO del Grupo Perfil, analizó en profundidad el presente político argentino en una entrevista en el programa "QR!" de Bravo TV. Sus reflexiones se centraron en la fragilidad de los consensos duraderos, el perfil del Gobierno de Javier Milei y el papel que juega la influencia de Estados Unidos en la dinámica política nacional. El debate, con foco en la polarización y el desafío de la oposición, planteó preguntas sobre la sostenibilidad de las reformas impulsadas por el oficialismo.
Transformaciones y límites de las reformas
Fontevecchia sostuvo que los cambios estructurales requieren consensos amplios para sostenerse en el tiempo: "las transformaciones que se imponen por un voto pueden revertirse con la misma facilidad", dijo. En su interpretación, una mayoría circunstancial no garantiza continuidad, por lo que acelerar reformas sin conseguir adhesiones más amplias puede exponerlas a retrocesos futuros.
El "síndrome del tercer año" y la paciencia social
El columnista hizo hincapié en el riesgo del llamado "síndrome del tercer año", un momento crítico para muchos gobiernos democráticos cuando la paciencia social frente a ajustes y cambios empieza a agotarse. Más allá de las variables económicas, Fontevecchia resaltó que las expectativas, la confianza y las percepciones públicas desempeñan un papel central en la viabilidad de un programa de gobierno.
Influencia de Estados Unidos y cambios culturales
Un eje central del diálogo fue la relación de la política argentina con Estados Unidos. Fontevecchia consideró que la continuidad del proyecto de Milei no puede separarse de la variable internacional: apoyo financiero y respaldos que llegan desde el exterior forman parte de la ecuación. Además, remarcó un cambio cultural que aproxima a sectores de la sociedad a modelos y valores estadounidenses —impulsados por la industria cultural, el dominio del inglés y la centralidad de plataformas digitales— y que modifica las categorías tradicionales del debate sobre injerencia externa.
La oposición y la crisis de representación
Respecto de la oposición, Fontevecchia describió un problema de liderazgo y representación: la dificultad para construir una alternativa mayoritaria se enlaza con la persistencia del kirchnerismo como actor relevante y con la fragmentación de propuestas opositivas. Señaló que las sociedades contemporáneas tienden a elegir figuras carismáticas y disruptivas, un fenómeno que debilita los mecanismos tradicionales de la democracia y contribuye a la volatilidad política.
El peso de la comunicación y la cultura del espectáculo
En la entrevista se puso en discusión cómo la primacía del video y los formatos breves modifican la política: la lógica del espectáculo y la comunicación inmediata favorece liderazgos que apelan a emociones y mensajes directos, en detrimento del diálogo institucional y la profesionalización del Estado. Fontevecchia alertó sobre el riesgo de que ese cambio de lenguaje erosione contrapesos democráticos y vacíe los procesos deliberativos.
Responsabilidad de la sociedad civil
Para Fontevecchia, la salida a la crisis de representación no vendrá exclusivamente de los partidos: postuló que la sociedad civil debe asumir un rol activo en la búsqueda de soluciones y consensos. “Los actores somos todos”, afirmó, y llamó a repensar qué tipo de liderazgo necesita la Argentina para construir un proyecto político duradero y capaz de generar mayorías sostenibles.
Conclusión y perspectivas de cara a 2026
El diagnóstico de Fontevecchia plantea varias lecturas para 2026: la gobernabilidad dependerá de la capacidad del oficialismo para mostrar resultados concretos antes de que se ponga a prueba la paciencia social, y de la capacidad de la oposición para articular una alternativa creíble. Además, en su visión, la influencia de factores externos —tanto financieros como culturales— seguirá siendo un componente determinante en la política local. El desafío será encontrar mecanismos institucionales que permitan sostener reformas profundas sin debilitar el tejido democrático.
Fuente: Perfil (programa QR!)
