Francia endurece su rechazo al acuerdo UE‑Mercosur: “No vamos a firmar algo que condene a nuestros agricultores”

Choque diplomático en la UE por la ratificación del acuerdo con Mercosur
La ministra de Agricultura de Francia, Annie Genevard, afirmó que Francia no firmará un tratado UE‑Mercosur que ponga en riesgo a sus productores y exigió la inclusión de cláusulas de salvaguarda agrícola y controles sanitarios más estrictos. Sus declaraciones ponen tensión en el proceso de ratificación del pacto, que fue firmado a fines de 2024 y requiere el aval de los 27 Estados miembros de la Unión Europea.
Las “líneas rojas” planteadas por París
Genevard señaló al semanario Journal du Dimanche que el gobierno francés necesita garantías para evitar la entrada de productos que no cumplan con los estándares sanitarios y ambientales europeos. Reclamó además protocolos que permitan activar medidas de salvaguarda si el mercado francés se viera desplazado por importaciones que compitan en condiciones desiguales.
En su argumentación, la ministra puso el foco en la protección del tejido productivo: “Queremos apoyar a nuestros agricultores, no ponerlos en desventaja frente a competidores que no respetan los mismos estándares ambientales o laborales”.
La postura de Macron y la tensión interna
El presidente Emmanuel Macron, en contraste con la ministra, mostró un tono más optimista tras su reciente visita a Brasil y aseguró tener una perspectiva positiva sobre la posibilidad de avanzar con el acuerdo, aunque advirtió que se mantendrá vigilante para defender los intereses de Francia. Esa diferencia de matices generó críticas internas y cuestionamientos de distintos sectores políticos que sostienen que el pacto amenaza a la agricultura nacional.
Implicancias para el Mercosur y para Argentina
Para los países del Mercosur —Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay— el acuerdo representa una puerta a un mercado de más de 450 millones de consumidores en la UE y la posibilidad de diversificar exportaciones, especialmente del sector agroindustrial: carne bovina, granos, vinos y manufacturas alimentarias con mayor valor agregado. Sin embargo, las exigencias europeas en materia ambiental, de bienestar animal y trazabilidad pueden elevar los costos de cumplimiento para los exportadores sudamericanos.
La falta de consenso en la UE, con Francia como principal obstáculo al día de hoy, puede retrasar la entrada en vigor del tratado o forzar la negociación de protocolos adicionales que condicionen la liberalización del comercio agrícola.
Estado del procedimiento de ratificación
El texto del acuerdo ya fue adoptado por la Comisión Europea en septiembre de 2025, pero para entrar en vigor necesita la ratificación de los 27 Estados miembros. Bruselas buscaba cerrar el aval antes de fin de año, pero las objeciones de Estados como Francia complican ese calendario y abren la puerta a soluciones parciales: protocolos sectoriales, cláusulas de salvaguarda o acuerdos complementarios sobre normas sanitarias y medioambientales.
Qué reclaman los defensores y los críticos
Los defensores del tratado en el Mercosur sostienen que la apertura permitirá potenciar exportaciones, atraer inversiones y generar empleo en sectores vinculados a la cadena agroindustrial. En cambio, los críticos en Europa y en partidos representativos de productores advierten sobre riesgos para la producción local, presiones sobre precios y necesidad de asegurar mecanismos de control que garanticen estándares comunes.
Escenario posible
Si Francia mantiene su postura exigente, la Unión Europea podría optar por negociar protocolos adicionales que establezcan condiciones más estrictas para la entrada de ciertos productos o por incluir instrumentos de ajuste temporal para proteger sectores vulnerables. Alternativamente, la falta de consenso podría postergar la ratificación y mantener la incertidumbre sobre los plazos de implementación.
Fuentes: Perfil
