Heller advierte límites bancarios frente al pedido de dólares colchón de Caputo

Un llamado a la prudencia en medio de un presupuesto que apuesta a baja inflación

Carlos Heller cuestionó el presupuesto oficial y aseguró que la política de inflación, el valor del dólar y las órdenes del ministro Caputo encuentran límites prácticos en los bancos y en la normativa vigente. En su entrevista en Modo Fontevecchia (Net TV y Radio Perfil AM 1190) advirtió además sobre riesgos de desregulación, el impacto sobre el consumo y la democracia.

El economista y dirigente del cooperativismo, con pasado como presidente del Banco Credicoop y experiencia en la comisión de Presupuesto y Hacienda del Congreso, confrontó la lógica del presupuesto 2026 que plantea una inflación del 10% y un tipo de cambio a fin de año más bajo que el actual. Heller sostuvo que esas metas son incompatibles con la realidad económica y que la inflación se está usando como herramienta para diluir el gasto público a costa de quienes no pueden indexar sus ingresos.

Inflación como instrumento distributivo

Heller explicó que la inflación no es neutral: beneficia a quienes pueden trasladarla a precios y perjudica a quienes no, y que desde el Estado funciona como un impuesto que, si no se corrigen salarios y prestaciones, aumenta la recaudación nominal. En su lectura, las medidas adoptadas hacia fin de 2024 no fueron un plan antiinflacionario sino una política que generó mayor inflación con el objetivo de licuar gastos públicos.

Presupuesto: ¿realismo o estrategia de expectativas?

En la entrevista Heller cuestionó por qué el Gobierno fija una meta de inflación que se sabe optimista. Dijo que fijar 10% cuando se espera 20% o 25% forma parte de una estrategia para conservar expectativas favorables a corto plazo, pero que eso no resuelve el problema real de los ingresos y la actividad económica. Subrayó además que transformar el objetivo de tener superávit fiscal en un axioma inamovible lleva a ajustes que dañan a los sectores más vulnerables.

Deuda, Congreso y institucionalidad

Sobre deuda pública, Heller advirtió que la capacidad de tomar financiamiento externo sin control parlamentario es una amenaza a la institucionalidad. Recordó que la primera renegociación con quita de capital y extensión de plazos incorporó la obligación de pasar por el Congreso cuando se renuevan condiciones, y consideró grave que el presupuesto habilite nuevo endeudamiento sin controles claros.

Mora y crédito al consumo

En cuanto al sector financiero, Heller señaló que la mora crece, sobre todo en créditos personales y tarjetas, y que ese incremento se observa en todo el sistema pero con mayor intensidad en entidades no bancarias, fintechs y esquemas con tasas elevadas. En su opinión, el problema social empieza cuando familias financian alimentos con tarjeta, pagan el mínimo y luego quedan sin capacidad de compra: una dinámica que reduce consumo, empuja a la informalidad y afecta la recaudación.

Dos sistemas financieros y el reclamo de las cámaras

Heller remarcó que hoy conviven dos sistemas financieros: el bancario regulado y un conjunto de operadores no bancarios que crecen. Por eso criticó la orientación del ministro Caputo de pedir a los ciudadanos que lleven dólares a los bancos: sostuvo que las normas del Banco Central exigen control del origen de fondos y que, mientras la ley o reglamentación no esté promulgada, los bancos no pueden aceptar sin cumplir con las obligaciones de prevención. Señaló que las cuatro cámaras bancarias solicitaron una mesa de trabajo urgente con el Banco Central porque, en las condiciones actuales, resulta inviable cumplir la consigna oficial.

El rol del Banco Credicoop y la regulación

Heller aportó perspectiva desde su vínculo con el cooperativismo financiero: dijo que las cooperativas y los bancos regulados suelen exhibir niveles de mora menores por criterios prudentes, pero que la tensión se acentúa cuando crecen los instrumentos financieros no bancarios menos regulados. Explicó que el componente de servicios financieros en el PBI incluye actividades más allá de la banca tradicional, como fondos y operadores de bolsa, y que ese crecimiento no siempre refleja balances sanos en los bancos.

Impacto sobre empleo y producción

El dirigente también vinculó apertura comercial y empleo: advirtió que permitir la entrada de productos importados que compiten con la producción nacional puede destruir empleo y empujar demanda hacia el mercado informal. Esa caída en la actividad y el empleo, razonó, terminaría por reducir la recaudación pese a una mayor inflación nominal.

Conclusión del diagnóstico

Heller rechazó el ajuste como receta automática para corregir déficit y pidió pensar políticas que protejan el empleo y el consumo. Subrayó que la discusión sobre metas de inflación y tipo de cambio no es sólo técnica: tiene efectos distributivos y políticos que atraviesan la vida cotidiana de las familias y la calidad del sistema democrático cuando se diluyen controles legislativos sobre decisiones clave como la deuda.

Fuente: Perfil / Modo Fontevecchia