Sábado, 27 Diciembre 2025
Israel confirma que Navitas es privada y lamenta malestar argentino

Israel se desligó de Navitas Petroleum tras reclamo argentino por Malvinas

Israel aclaró que Navitas Petroleum es una empresa privada y expresó su deseo de que la disputa por las Islas Malvinas se resuelva por medios pacíficos; la aclaración sigue al reclamo argentino por la actividad de exploración en el yacimiento Sea Lion.
Plataforma petrolera y bandera en el mar
Plataforma petrolera y bandera en el mar

Contexto y anuncio oficial

El Gobierno de Israel aclaró que la petrolera Navitas Petroleum es una empresa privada y ratificó su vínculo con la Argentina luego del reclamo oficial presentado por la Cancillería argentina por las actividades de exploración en torno a las Islas Malvinas. El comunicado del canciller israelí Gideon Sa’ar, difundido en su cuenta de X, subrayó que el Estado no mantiene relación institucional con la compañía.


Qué dijo la diplomacia israelí

En el mensaje, Sa’ar precisó que Navitas Petroleum es una entidad privada y que «lamentan el malestar» causado en la Argentina. Además, indicó que Israel espera que la disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido se resuelva por medios pacíficos y mediante el diálogo, fórmula habitual en la comunicación diplomática.


El conflicto alrededor del proyecto Sea Lion

La aclaración pública se produjo después de la protesta formal que la Cancillería argentina presentó ante la decisión de un consorcio —integrado por la británica Rockhopper Exploration Plc y la filial de Navitas— de avanzar en actividades vinculadas al yacimiento offshore Sea Lion, ubicado al norte del archipiélago de las Malvinas. El Gobierno argentino calificó como «ilegal e ilegítima» cualquier explotación de recursos naturales en la zona en disputa sin la autorización del Estado argentino.


Posición argentina y marcos internacionales

La Cancillería recordó que iniciativas como la concesión de licencias por parte de las autoridades isleñas contravienen resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que instan a ambas partes a abstenerse de adoptar decisiones unilaterales mientras persista la controversia de soberanía. En esa línea, Argentina responsabilizó por el otorgamiento de permisos principalmente al Reino Unido y, además, extendió su reclamo a las empresas involucradas y a los Estados con los que estas mantienen vínculos.


Sobre las empresas involucradas

Rockhopper Exploration Plc figura como socio británico en el desarrollo del proyecto en Sea Lion. Por su parte, Navitas Petroleum Development and Production Limited, mencionada en la protesta argentina, tiene estructura corporativa internacional; el comunicado de la diplomacia israelí buscó despejar cualquier atribución de responsabilidad estatal directa a Israel.


Implicancias diplomáticas y comerciales

El pronunciamiento público de Israel responde a un reclamo diplomático formal y apunta a separar la acción de una compañía privada de la política exterior del Estado israelí. Aun así, en la práctica los Estados suelen vigilar que actividades de empresas nacionales o con vinculación local no tensionen sus relaciones bilaterales, sobre todo en asuntos sensibles como la explotación de recursos en zonas en disputa.

Para la Argentina, la intervención busca preservar el principio de no reconocimiento de actos unilaterales que alteren el estatus territorial, además de ejercer presión diplomática sobre las compañías que participan del proyecto. Desde el punto de vista empresarial, este tipo de controversias puede generar incertidumbre operativa, riesgos reputacionales y potenciales desafíos para la financiación y las contrataciones en la región.


Qué sigue ahora

El reclamo formal ya fue presentado y la respuesta pública de Israel despejó, al menos en el discurso oficial, la atribución de responsabilidad directa del Estado israelí sobre Navitas. Sin embargo, la disputa principal entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas permanece sin resolverse, y acciones como la otorgación de licencias o el avance de proyectos offshore probablemente seguirán generando tensiones diplomáticas y apelaciones a foros internacionales.

La situación podrá derivar en nuevas gestiones bilaterales, en reclamos ante organismos multilaterales o en iniciativas de presión sobre las empresas. En cualquier caso, seguirá siendo un tema que combina lo diplomático, lo jurídico y lo económico.


Fuentes: La Voz