Las guerreras K-Pop: el fenómeno de Netflix que llegó a los Grammy

Por qué las niñas, los preadolescentes y el fandom global no paran de hablar de Las guerreras K‑Pop
Desde su estreno en Netflix, Las guerreras K‑Pop se transformó en un caso testigo de la expansión del K‑Pop global: banda sonora con cuatro temas en el Top 10 del Billboard Hot 100 y cinco nominaciones a los Grammy, merchandising masivo y una respuesta emocional intensa en niñas y preadolescentes. Esa combinación —entre música, acción y estética— explica gran parte del fenómeno, pero también abre preguntas sobre las exigencias detrás del brillo.
Un relato que mezcla música, acción y pertenencia
La película cuenta la historia de tres jóvenes estrellas que, además de cantar y bailar, son cazadoras de demonios. Esa doble identidad —ídolas pop y heroínas— potencia mensajes de amistad, esfuerzo y empoderamiento femenino que resultan especialmente atractivos para públicos jóvenes. Las coreografías, los peinados y las canciones se reproducen en recreos, cumpleaños y espectáculos “no oficiales”; incluso se anunciaron funciones inspiradas en el filme en salas como el teatro Gran Rex.
Hallyu: el contexto detrás del éxito
Especialistas señalan que el impacto de la película debe leerse dentro del movimiento Hallyu u ola coreana: una estrategia cultural que, durante tres décadas, articuló al Estado surcoreano con grandes agencias de entretenimiento para proyectar identidad nacional a través de música, series y cine. La socióloga Florencia Paparone explica que esa estructura incluye redes digitales, comunidades de fans y mensajes emocionales que conectan con públicos diversos; la película capitaliza esos recursos y los adapta a audiencias que quizá no venían consumiendo K‑Pop previamente.
Fandom y desplazamiento generacional
El interés por Las guerreras K‑Pop se extendió más allá del público objetivo: adultos jóvenes valoran la disciplina y la calidad visual, adolescentes buscan identidad y comunidad en el fandom, y niñas de 8 a 12 años consumen la estética y las canciones como modelos a seguir. La socióloga e investigadora del CONICET Marina Moguillansky observa que productos pensados para 12 o 13 años terminan siendo consumidos por edades más bajas, lo que plantea desafíos para el acompañamiento familiar y educativo.
Fuente: Billboard y Premios Grammy, periodo: 2025
Luces: empoderamiento y comunidad
Psicólogos y especialistas en desarrollo infantil destacan que la película ofrece modelos femeninos que actúan, deciden y lideran; muestra vulnerabilidad y cooperación, y puede servir como incentivo para la autoestima y la pertenencia. La licenciada Melina González Paulos destaca que, bien acompañada, la fascinación por estas figuras puede transformarse en valoración del esfuerzo, la autenticidad y las relaciones reales.
Sombras: disciplina extrema, estereotipos y comercialización
Al mismo tiempo, varias voces alertan sobre los límites del relato. Paparone subraya que la obra no problematiza muchos de los moldes del K‑Pop: la disciplina extrema, los estándares estéticos de delgadez y piel clara, y el control de las agencias sobre la vida privada de los idols. Ese sistema ha mostrado costos emocionales documentados en otros títulos (por ejemplo, documentales disponibles en Netflix sobre grupos reales) y plantea riesgos cuando la admiración se convierte en comparación social o en relaciones parasociales intensas.
Un llamado al acompañamiento crítico
Especialistas coinciden en que la respuesta adecuada no es prohibir sino acompañar. Señalan la importancia de ayudar a niñas y adolescentes a distinguir entre la fantasía escénica y las condiciones reales de trabajo en la industria: reforzar el valor del esfuerzo y de la comunidad, promover una mirada crítica sobre el consumo y limitar la exposición a contenidos o productos comerciales que puedan alimentar comparaciones perjudiciales.
¿Qué deja el fenómeno?
Las guerreras K‑Pop funciona como espejo de una cultura que celebra la fuerza femenina y la camaradería, pero que también opera dentro de una maquinaria de perfección y mercado. Su éxito muestra cómo el K‑Pop se adapta y se inserta en audiencias nuevas; su desafío es que ese brillo no oculte las tensiones reales que acompañan al género.
Fuentes: Clarín
