Las hijas de Enrique Shaw relatan recuerdos familiares del empresario que será beato

Memorias íntimas de la familia Shaw sobre el futuro beato Enrique Shaw
Elsa María y Sara María Shaw, dos de las nueve hijas de Enrique Shaw, compartieron relatos sobre la vida privada del empresario cuya beatificación fue recientemente decretada por el papa —tras la validación de su primer milagro— y que será beatificado por la Iglesia Católica. Sus testimonios aportan una mirada familiar sobre la fe, la vida cotidiana y la impronta ética que recuerdan en su padre.
Quién fue Enrique Shaw
Enrique Shaw (1921—1962) fue un empresario y dirigente sindical argentino, conocido por su compromiso social y por intentar conciliar la actividad empresarial con valores cristianos. Fue presidente de la empresa IKA‑Renault y tuvo una actuación sindical activa que lo posicionó como referente de un catolicismo social orientado al trabajo y la justicia social. Su proceso de beatificación avanzó tras el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión.
Los relatos de Elsa María y Sara María
Las hijas relatan escenas domésticas y gestos de su padre que, según cuentan, resumían su carácter: una mezcla de exigencia en el trabajo con una vida familiar marcada por la religiosidad y el compromiso con los trabajadores. En sus recuerdos aparece la figura de un padre presente en la vida familiar a la par de un desempeño público intenso; destacan anécdotas que ilustran su trato con empleados y su preocupación por el bienestar social.
La dimensión religiosa y social
El proceso de beatificación de un laico —padre de familia y empresario— no es lo más habitual en la Iglesia argentina, donde la mayoría de los beatos suelen ser religiosos. Por eso la figura de Shaw cobra singularidad: representa una vía de santidad en el ámbito profesional y familiar. Sus hijas enfatizan la coherencia entre su fe y su vida laboral, y recuerdan cómo esa conexión orientó su conducta y sus decisiones empresariales.
Familia numerosa y legado
Shaw tuvo nueve hijos; en los relatos que ofrecieron sus hijas se percibe tanto la cotidianeidad de una familia numerosa como la impronta pública del padre. Las memorias incluyen anécdotas sobre la crianza, las celebraciones religiosas y las tensiones propias de compaginar la actividad profesional con la vida doméstica. Para la familia, la beatificación es un reconocimiento que resignifica una historia íntima y pública a la vez.
El proceso de beatificación
La declaración de un milagro y la posterior beatificación implican investigaciones e intervenciones por parte de la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano. En el caso de Shaw, el reconocimiento del “primer milagro” abrió la vía para que el papa confirmara la beatificación. El proceso incluye estudios sobre la vida, las virtudes heroicas y el examen de hechos atribuidos a su intercesión.
Relevancia en el país
La figura de Shaw suele ser citada en debates sobre la posibilidad de combinar vocación empresarial con compromiso social. Su beatificación puede generar reflexiones en sectores empresariales y sindicales acerca de modelos de responsabilidad social y de liderazgo ético en el trabajo. Para la comunidad católica, en particular, representa un ejemplo de santidad compatible con la vida laica y familiar.
Fuente: La Nación
