Laura Laprida, maternidad y desarraigo: construir un hogar profesional en Madrid

Actriz, madre y migrante: la búsqueda en Europa
Laura Laprida llegó a Madrid en diciembre de 2020 con la intención de probar su carrera en Europa. Desde entonces combinó el trabajo como actriz con la formación en guion, la vida en pareja y, en 2025, la llegada de su primer hijo, Otto. En la entrevista contó cómo enfrentó el desarraigo, el duelo familiar y la necesidad de afirmar su identidad artística más allá del apellido familiar.
El empujón para partir y el primer año de prueba
La decisión de mudarse no fue sólo laboral. Surgió en pandemia y tuvo un componente familiar: su padre y el ejemplo de familiares ya instalados en Madrid la impulsaron a intentarlo. Laprida relata que la idea inicial fue quedarse un año para ver si podía integrarse y conseguir trabajo; ese año se fue estirando y terminó convirtiéndose en una residencia de varios años que incluyó proyectos en España y un embarazo que terminó con el nacimiento de Otto en agosto de 2025.
Al arribar, la necesidad de adaptarse fue inmediata: cursos con directores de casting, contactos con representantes y rodajes en distintas provincias españolas. En pocas semanas ya estaba trabajando en producciones filmadas en la costa. Esa actividad temprana le permitió conectarse con la escena local y sostener el proyecto migratorio.
Separarse del rótulo familiar
Laura es hija de María Eugenia Fernández Rousse, una de las Trillizas de Oro, y reconoce que el vínculo con ese apellido la acompañó profesionalmente desde el inicio. En la entrevista dijo que, pese a valorar la historia familiar, buscó marcar distancia para que la presenten como "Laura Laprida, actriz" y no sólo como "hija de". Explicó que a veces los títulos periodísticos reeditan datos dolorosos de su pasado familiar y que eso la obliga a reivindicar su propia trayectoria.
En paralelo a actuar, Laprida estudió radriología y llegó a trabajar en el Hospital Fernández antes de dedicarse por completo a la actuación; además, cuenta que escribe y que durante la pandemia cursó guion, lo que derivó en la escritura y presentación de un proyecto fílmico en España.
Duelo, maternidad y responsabilidades
El tema del duelo atraviesa su relato: perdió una hermana hace pocos años y esa ausencia marcó decisiones y miedos relacionados con la maternidad. Laprida habló sin eufemismos sobre el temor de que algo le suceda a sus hijos y sobre la responsabilidad hacia sus padres y sobrinos. Confesó que ese miedo la hizo más atenta a los controles médicos, pero que la llegada de Otto también confirmó, según palabras de su padre, que "vale la pena tener hijos" a pesar del dolor.
También explicó que su experiencia como tía la ayudó a abordar la maternidad con más tranquilidad: no se sintió primeriza del todo porque ya había cuidado sobrinos desde muy joven. Esa red familiar fue decisiva en la contención tras la pérdida y aparece en su relato como un sostén central.
Trabajo creativo, proyectos y futuro
En Madrid siguió formándose y alternó el trabajo como actriz con la escritura de guiones. Contó que estrenó una obra de teatro mientras estaba embarazada sin saberlo y que, luego, al terminar la función, dedicó tiempo a desarrollar un guion que está presentando en España. Además, mantiene contactos con directores y representantes para proyectos internacionales en streaming.
Sobre su carrera, aseguró que la mudanza implicó renuncias y elecciones (tuvo que bajarse de proyectos en la Argentina cuando decidió partir), pero también abrió nuevas oportunidades. Planifica seguir alternando trabajos entre España y la Argentina según respondan las ofertas y la logística familiar.
Volver, extrañar y los pequeños rituales
Lo que más extraña es la familia y los hitos familiares: no haber vivido el embarazo de una hermana y perderse actos importantes de sus sobrinos son realidades que le generan dolor. También habló de la dificultad de pasar las fiestas lejos: para muchos argentinos la Navidad es una fecha de familia y para ella esas reuniones multitudinarias son parte de la identidad familiar que hoy recuerda con cariño y algo de melancolía.
Cuando le preguntaron qué le diría a su yo de hace diez años, respondió que se relajaría, que confiara más en el proceso y que disfrute sin vivir en un estado permanente de alerta. Esa reflexión sintetiza su tránsito: aprendizaje profesional, maternidad en pandemia y el trabajo cotidiano para sostener una carrera lejos de casa.
Fuente: Infobae
