Marta Minujín presenta una torre de spaghettis en la Noche de los Museos

Marta Minujín y su Torre de Spaghettis en la Noche de los Museos
A los 82 años, Marta Minujín vuelve a encender la atención cultural con una instalación efímera de gran escala: una torre construida íntegramente con fideos que se exhibe en el marco de la Noche de los Museos. La artista define su trabajo como “cultura instantánea” y repite su consigna vital: “No soy una sobreviviente, soy viviente”.
La obra y el proyecto
La estructura alcanza casi 20 metros de altura y está montada en una de las salas del Centro Cultural Recoleta, donde Minujín y su equipo trabajaron durante las últimas semanas para ensamblar un volumen que remite tanto a la ironía como al espectáculo público. La pieza forma parte de una serie de intervenciones de la artista que mezclan consumo masivo y monumentalidad, ejemplos que el público reconoce como El Obelisco de Pan Dulce, El Partenón de los Libros o El Lobo Marino de Alfajores.
La elección del material —fideos secos— alude a la cultura de producción industrial y al gesto de lo cotidiano elevado a monumento. Minujín trabaja con lo efímero y con objetos de gran circulación social: así transforma elementos domésticos en símbolos de la escena pública y del consumo.
Contexto de la Noche de los Museos
La intervención se estrena en el inicio formal de la Noche de los Museos 2025, evento que cada año abre los espacios culturales de la ciudad hasta altas horas para que el público recorra exhibiciones, instalaciones y performances. El Centro Cultural Recoleta es uno de los nodos principales de la programación porteña; en esta oportunidad la instalación de Minujín actúa como atracción central durante la jornada inaugural.
La artista y su discurso
Minujín habla de “cargar combustible en mi taller” como forma de explicar su energía creativa a los 82 años. Su obra suele combinar humor, provocación y estrategia de masas: concentra grandes cantidades de objetos domésticos o comestibles para discutir memoria colectiva, producción cultural y consumo. En esa línea, la Torre de Spaghettis recoge la continuidad de una poética que privilegia lo masivo y el impacto visual inmediato.
La frase que la artista repite —“No soy una sobreviviente, soy viviente”— funciona como declaración personal y estética: no solo remite a la permanencia en el campo del arte a lo largo de décadas, sino a la apuesta por intervenir la vida cotidiana desde la producción cultural.
Montaje, logística y público
La obra demandó coordinación logística para su montaje y exhibición: desde el acopio de materiales hasta la instalación estructural que permita sostener una columna de casi 20 metros sin riesgo para el público. Por su escala y naturaleza efímera, la pieza está pensada para interactuar con la multitud que recorra la Noche de los Museos, y su consumo (literal y simbólico) es parte de la propuesta.
Minujín suele convocar a voluntarios y equipos de montaje en sus intervenciones públicas; esa dinámica colectiva forma parte del efecto performativo de sus esculturas y permite que las obras funcionen como rituales compartidos más que como objetos aislados.
Recepción y significado
Las obras monumentales de objetos comestibles o industriales generan debates sobre patrimonio, desperdicio y espectáculo en la cultura contemporánea. En el caso de la Torre de Spaghettis, el gesto plantea preguntas sobre la relación entre arte y consumo masivo, y sobre cómo lo cotidiano puede ser revalorizado cuando se despliega en formato público y monumental.
Para quienes siguen la carrera de Minujín, la instalación es una continuidad de sus estrategias artísticas: ironía, escala y participación. Para el público general, funciona como una invitación a pensar la cultura popular desde la apropiación y la risa.
Datos prácticos: instalación en el Centro Cultural Recoleta como parte de la Noche de los Museos 2025. La obra permanecerá en exhibición durante la jornada inaugural; condiciones de acceso, horarios y actividades están disponibles en la programación oficial del evento.
Fuente: Infobae
