Néstor Kreimer: “Este cambio de posición de cartera no es pánico, es un acto racional” sobre las bandas cambiarias

Evaluación técnica del rediseño de las bandas cambiarias y la reacción de los inversores
Las bandas cambiarias, la inflación y la búsqueda de cobertura por parte de los inversores son los ejes del análisis del economista Néstor Kreimer, en diálogo con Canal E. Con el riesgo país cerca de 580 puntos, Kreimer interpretó la modificación del sistema de bandas como “un acto de coherencia” y destacó que los movimientos de cartera recientes responden a decisiones racionales de protección frente a la persistencia inflacionaria.
Por qué el cambio genera previsibilidad
Según Kreimer, el esquema de bandas rígidas generaba riesgos cuando el tipo de cambio se desalineaba respecto de la dinámica de precios. El rediseño, explicó, busca evitar el “descalce de las variables”: ahora, al introducir mayor flexibilidad, los agentes pueden anticipar mejor la evolución relativa del tipo de cambio frente a la inflación y planificar coberturas. Para los mercados, esa previsibilidad es clave a la hora de definir la composición de portafolios.
En términos prácticos, el economista señaló que el abandono del esquema más estricto reduce la necesidad de “rezar” para que no se rompa la correlación entre tipo de cambio y precios. Eso, sostuvo, ofrece tranquilidad a ciertos inversores que ahora privilegian instrumentos que ajustan por inflación.
Inflación: causa, efecto y medidas complementarias
Kreimer dejó claro que el mecanismo cambiario no es la causa principal de la inflación sino, en su visión, una herramienta para administrar sus efectos. La inflación, dijo, se manifiesta como la derivada macro que requiere políticas coherentes en varias frentes: monetario, fiscal y cambiario. Reconoció además que la persistencia de niveles elevados de precios sorprendió a muchos analistas, a pesar de algunos datos macroeconómicos favorables recientes.
Por ello, el economista subrayó que las señales de política —incluido el rediseño de las bandas— deben acompañarse con consistencia en otras variables para construir credibilidad en el tiempo. En su diagnóstico, la estabilidad de expectativas depende tanto de la decisión técnica como de la percepción política sobre la continuidad del plan económico.
El factor político y la curva de confianza
En la lectura de Kreimer, la situación política es un componente determinante. Señaló que la “realidad negocial en el Congreso” sigue siendo compleja y que las trabas legislativas dificultan la consolidación de un plan económico que inspire confianza. En este punto vinculó la incertidumbre política con la persistencia de inflación de cobertura: cuando hay dudas sobre la solidez de las políticas, los agentes buscan protegerse con activos reales o instrumentos indexados.
El economista recordó además que la historia reciente de la economía argentina incluye episodios de inflación elevada que condicionan el comportamiento de inversores locales y extranjeros. “La confianza se logra con tiempo”, dijo, en alusión a que la construcción de credibilidad requiere continuidad y resultados verificables.
Movimientos de cartera: prudencia, no pánico
Sobre los cambios en la composición de carteras, Kreimer fue categórico al diferenciar entre reacciones emocionales y decisiones racionales de ajuste. Explicó que hoy se observa mayor interés por bonos y otros instrumentos que ofrecen cobertura contra la inflación: eso no indica pánico, sino que responde a una evaluación de riesgo/beneficio en un contexto con inflación persistente y señales de mayor flexibilidad cambiaria.
También puso énfasis en la idea de que los mercados internacionales están acostumbrados a volatilidades mayores en Argentina, lo que obliga a los gestores a adoptar estrategias defensivas. Para Kreimer, el correcto diseño de mecanismos de cobertura y la claridad en la comunicación de política económica ayudan a que esos movimientos sean sostenibles y menos disruptivos.
Qué se necesita para consolidar la mejora
El cierre del análisis insiste en que una corrección técnica —como la modificación de las bandas— es apenas un paso. La consolidación exige, según Kreimer, coherencia fiscal, señales monetarias compatibles y capacidad de negociación política para aprobar medidas estructurales. Sin ese conjunto, advirtió, el margen para recuperar confianza será limitado.
En definitiva, el mensaje central es que el cambio en la operatoria cambiaria apunta a dar previsibilidad y proteger contra descalces; pero su efectividad dependerá de la continuidad del plan y de la capacidad del Ejecutivo y del Congreso para sostenerlo.
Fuente: Perfil - Canal E
