Viernes, 07 Noviembre 2025
Descubrimiento genético publicado en Nature

Nuevo linaje genético identificado por CONICET, UN Córdoba y Harvard

Un estudio publicado en Nature por investigadores del CONICET, la Universidad Nacional de Córdoba y Harvard identificó un componente genético propio del centro de Argentina con al menos 8.500 años de antigüedad.
Investigadores trabajando con muestras arqueológicas y equipos de secuenciación
Investigadores trabajando con muestras arqueológicas y equipos de secuenciación

Hallazgo publicado en Nature traza un linaje propio del centro de Argentina

Un equipo liderado por científicos del CONICET y la Universidad Nacional de Córdoba, con colaboración de la Universidad de Harvard, detectó un componente genético propio del centro de Argentina a partir del análisis de restos arqueológicos y tecnología avanzada. El estudio, publicado en la revista Nature, sugiere que esa ascendencia regional persiste desde hace al menos 8.500 años.

Los autores analizaron ADN antiguo recuperado de restos humanos y lo compararon con bases de datos genéticas actuales y antiguas. Según el artículo, los resultados permiten identificar un linaje hasta ahora desconocido en la literatura arqueogenética de la región central del país. El trabajo combina técnicas de secuenciación, estadística poblacional y contexto arqueológico para reconstruir patrones de movilidad y continuidad poblacional en el largo plazo.

Qué significa el hallazgo

Detectar un componente genético regional permite saber que parte de la población actual de esa área conserva una ascendencia local profunda, que no se explica únicamente por procesos más recientes de migración interna o contactos a gran escala. Los investigadores interpretan la persistencia de ese linaje como evidencia de continuidad demográfica en territorios del centro argentino desde, al menos, el Holoceno temprano.

Quiénes participaron

El estudio fue dirigido por científicos afiliados al CONICET y a la Universidad Nacional de Córdoba, en colaboración con investigadores de la Universidad de Harvard. El CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) es el mayor organismo de promoción y financiamiento de la investigación científica en Argentina; la UNC es una de las universidades públicas más antiguas y con tradición en estudios arqueológicos del país. Harvard aporta experiencia y plataformas de referencia en análisis de ADN antiguo.

Métodos y limitaciones

Según la publicación, el equipo trabajó con restos arqueológicos datados y aplicó protocolos de extracción de ADN antiguo y secuenciación de alto rendimiento. Luego confrontaron esas secuencias con muestras comparativas actuales y antiguas para identificar señales de continuidad o reemplazo poblacional. Como en todos los estudios de ADN antiguo, los autores señalan límites: la disponibilidad y conservación de restos, el tamaño muestral y la cobertura genética condicionan la resolución temporal y espacial de las conclusiones.

Contexto regional y arqueológico

El centro de Argentina ha sido menos estudiado en términos de arqueogenética que otras regiones de Sudamérica; por eso, un componente genético detectado allí aporta información valiosa para reconstruir la historia demográfica del país. La disciplina de la arqueogenética combina datos biológicos con registros arqueológicos —herramientas, enterratorios, contextos estratigráficos— para vincular cambios en materialidad con procesos humanos de larga duración.

Implicancias científicas y sociales

Más allá del interés académico, estos hallazgos ofrecen herramientas para pensar la diversidad biocultural de poblaciones actuales. Identificar linajes antiguos no determina identidades sociales contemporáneas, pero aporta evidencia sobre la antigüedad de ocupaciones humanas y contactos regionales. Investigaciones de este tipo suelen abrir nuevas preguntas sobre asentamientos, rutas de movilidad y adaptaciones al ambiente.

Los próximos pasos

Los propios autores proponen ampliar el muestreo espacio-temporal y combinar los datos genéticos con estudios isotópicos, arqueobotánicos y arqueozoológicos para robustecer las hipótesis sobre dieta, movilidad y redes de contacto. Ampliar la cooperación entre equipos locales e internacionales facilitará el acceso a tecnologías y bases comparativas, siempre respetando protocolos éticos y marcos legales para el estudio de restos humanos.


Fuente: Infobae / Nature (publicación citada)