Lunes, 17 Noviembre 2025
Panamá impulsa acercamiento a Taiwán pese a la presión de Beijing

Panamá, Taiwán y la creciente reacción latinoamericana frente a Beijing

Una delegación de parlamentarios panameños viajará a Taipéi el 25 de noviembre; el viaje refleja un renovado interés regional por reactivar lazos con Taiwán ante la insatisfacción con promesas y proyectos de China continental, y abre un debate sobre oficinas comerciales, comercio y valores democráticos.
Parlamentarios frente a edificio oficial en Taipéi
Parlamentarios frente a edificio oficial en Taipéi

Giro político en la región: delegación panameña y el debate sobre reabrir lazos con Taiwán

La posibilidad de que una comitiva de cerca de diez parlamentarios panameños visite Taipéi el 25 de noviembre pone en evidencia un renovado interés en América Latina por reactivar vínculos con Taiwán, pese a la presión política y económica de Beijing. El viaje, impulsado por miembros del Congreso panameño y respaldado por la red interparlamentaria IPAC (Inter-Parliamentary Alliance on China), es presentado por sus promotores como un paso para explorar cooperación comercial, académica y de innovación con la isla.

La visita ocurre en un momento de creciente escepticismo regional respecto a la relación con China continental: promesas incumplidas, impactos ambientales de proyectos, condiciones contractuales y preocupaciones sobre influencia política han generado debates dentro de partidos y parlamentos en varios países latinoamericanos.


Por qué la visita de Panamá interesa a la región

Panamá mantuvo relaciones diplomáticas con Taiwán hasta 2017; desde entonces, la ruptura obligó al cierre de canales oficiales aunque los vínculos comerciales continuaron. Según los datos citados por los parlamentarios que impulsan la iniciativa, en 2024 las exportaciones desde Panamá a Taiwán alcanzaron los 93 millones de dólares, cifra solo superada por Países Bajos (115.8 millones) y Estados Unidos (154.9 millones) en ese comercio. En contraste, las ventas panameñas a China continental habrían sido de 42.5 millones.

Para los promotores del viaje, esos números y la existencia previa de un tratado de libre comercio (TLC) con Taiwán sostienen la idea de abrir una oficina económica en Panamá como canal de relacionamiento no diplomático. José Ramos Reyes, miembro panameño del Parlamento Centroamericano, afirmó que “Panamá tuvo una excelente relación con Taiwán… Teniendo el TLC es más que justo acercarse y ver la posibilidad de abrir una oficina comercial”.


La resistencia oficial y la presión exterior

El Ejecutivo panameño mostró distancia frente a la iniciativa parlamentaria: el presidente José Ramón Mulino publicó en X un mensaje que, según la crónica, “quitó la espalda del gobierno a la delegación”, marcando distancia con la visita. El Ejecutivo vinculó su cautela a consideraciones de política exterior en relación con Beijing, que no oculta su interés por disuadir o impedir acercamientos oficiales entre gobiernos latinoamericanos y Taiwán.

Desde la sociedad civil y ciertos sectores parlamentarios se sostiene, sin embargo, que las visitas y la instalación de oficinas comerciales pueden abrir espacios de cooperación concretos sin implicar necesariamente un cambio de estatus diplomático. Luis Duke, parlamentario panameño y miembro de IPAC, señaló que “Explorar vías de cooperación económica y comercial con Taiwán —en términos comerciales, académicos o de innovación— puede ser positivo si se hace con transparencia y respetando nuestros compromisos internacionales”.


Un fenómeno regional, no solo panameño

La comitiva panameña se inscribe en un movimiento más amplio: en la reciente reunión de IPAC celebrada en el Parlamento Europeo hubo una presencia ampliada de representantes latinoamericanos —se mencionan Paraguay, Bolivia, Colombia, Uruguay y Panamá— interesados en discutir la posición frente a China y la relación con Taiwán. En varios países la discusión pública va más allá de la geopolítica y entra en asuntos específicos como condiciones de inversión, transparencia en contratos y consecuencias ambientales de grandes proyectos.

En Bolivia, por ejemplo, la discusión sobre la explotación del litio y la presencia de empresas chinas forma parte del debate público y podría cambiar con la nueva composición del gobierno. En Paraguay persisten las tensiones por la presión de Beijing sobre el reconocimiento diplomático de Taiwán; un documental de Al Jazeera señaló maniobras de influencia. Y en Colombia la adhesión anunciada a la Franja y la Ruta genera cuestionamientos por la falta de revisión parlamentaria.


Qué está en juego para Taiwán

Para Taipéi, cualquier apertura —aunque sea por la vía de oficinas económicas o acuerdos sectoriales— vale como una forma de romper el aislamiento diplomático impuesto por la política de una sola China que Beijing exige a sus interlocutores. Para actores locales y legisladores que apoyan la visita panameña, acercarse a Taiwán no solo implica interés comercial: el argumento también apela a los valores democráticos y de transparencia que la isla representa para sus defensores.

La articulación por parlamentarios y redes como IPAC permite, además, contrapesar la diplomacia estatal tradicional y promover agendas legislativas que incluyen revisión de acuerdos internacionales o propuestas para fomentar cooperación académica y tecnológica con Taiwán.


Qué viene y por qué importa

Los próximos meses —con elecciones en varios países de la región, incluyendo Chile y un escenario político cambiante en naciones como Colombia— serán clave para definir si estos impulsos parlamentarios se traducen en cambios concretos de política exterior, la apertura de oficinas económicas o nuevas alianzas comerciales. La visita de la delegación panameña a Taipéi servirá como termómetro: su desarrollo y la reacción de Beijing, del Ejecutivo panameño y de actores ciudadanos medirán la capacidad de la región para negociar su relación con una China que busca consolidar influencia y con una Taiwán que busca diversificar socios.


Fuentes: Clarín / Análisis Sínico – CADAL