Peajes automáticos: cronograma modificado y qué significa el paso al free flow

Plazos, cambios y tecnologías en juego
El plan de modernización de los peajes en rutas nacionales, que incluye la adopción progresiva del sistema free flow y el uso de Telepase, sufrió una readecuación: el decreto 733/2025 sustituyó parte del cronograma original y fijó como nueva fecha límite el 31 de diciembre de 2026 para la implementación de sistemas automáticos en rutas concesionadas.
Decreto 196/2025: la idea original
En marzo de 2025 el Poder Ejecutivo, a través del decreto 196/2025 impulsado por el ministerio que conduce Federico Sturzenegger, introdujo modificaciones de amplia alcance a la Ley Nacional de Tránsito 24.449. Entre las medidas figuraba un plan en tres etapas para transformar el cobro en rutas nacionales, con el objetivo de eliminar cabinas y barreras en favor de sistemas automáticos y free flow.
- Meta inicial (31/12/2025): al menos una cabina automatizada (Telepase) por estación de peaje.
- Meta intermedia (31/12/2026): al menos la mitad de los peajes en free flow y la otra mitad con carriles sin barrera de cobro automático.
- Meta final (30/06/2027): adopción total del free flow en todas las rutas nacionales.
Readecuación: decreto 733/2025
En octubre se publicó el decreto 733/2025 que reemplazó el artículo 20 del decreto 196/2025 y concentró en un único plazo la implementación: 31 de diciembre de 2026 para que las rutas nacionales concesionadas cuenten con sistemas automáticos canalizados con barreras y/o con vías free flow. Ese nuevo texto eliminó los porcentajes obligatorios de free flow respecto de la cabina y dejó abierta la posibilidad de que subsistan modalidades mixtas o manuales, al menos en forma transitoria. Además, la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) recibió facultades para modificar plazos según las características de cada tramo.
Qué tecnologías están en discusión
El cambio pivotea sobre dos tecnologías: el Telepase, que funciona por identificación electrónica del vehículo y ya opera en gran parte del país, y el free flow, sistema que cobra de manera automática mediante arcos que registran el paso sin detener el tráfico. En la práctica, la transición suele contemplar la convivencia de arcos y carriles automatizados antes de la eliminación total de cabinas o barreras.
Ventajas y desafíos operativos
Los argumentos a favor del free flow son la mejora del flujo vehicular, la reducción de congestiones y la disminución de riesgos por detenciones bruscas en la ruta. Sin embargo, la implementación exige adecuaciones técnicas, contratos con concesionarias, adaptación de frenos tecnológicos para la lectura de patentes y sistemas de cobranza electrónicos, y soluciones para cobros a vehículos sin registro o a quienes no cuenten con Telepase.
El decreto reconoce estas complejidades y por eso habilita flexibilidad en los plazos. Las fuentes oficiales consultadas por la agencia citada sostienen que la implementación será progresiva y que las diferentes aptitudes de cada tramo (por ejemplo, ubicación, volumen de tránsito, diseño vial) justifican plazos distintos.
Impacto para conductores y para la gestión vial
Para los automovilistas, la expectativa es menor tiempo de viaje y menos puntos de congestión. Para las concesionarias, en cambio, la transición supone inversiones en infraestructura y tecnología y la necesidad de renegociar modalidades contractuales que muchas veces están atadas a modalidades de cobro manual. La DNV quedó facultada para ajustar plazos y evaluar los planteos técnicos que hagan las empresas.
Ejemplos y escenarios probables
En el documento oficial se menciona que algunos tramos —como ciertos accesos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires— podrían adoptar más rápidamente el free flow. Accesos como Ricchieri, Acceso Oeste y Acceso Norte fueron señalados como candidatos a implementar arcos que permitan circulación sin detenciones, aunque es probable que, durante el período de transición, convivan arcos y cabinas automatizadas en una misma estación.
Conclusión: un proceso gradual
El nuevo cronograma reduce las metas por fases y prioriza la flexibilidad, con el objetivo declarado del Gobierno de consolidar infraestructura vial y promover una adopción eficaz de tecnologías de cobro. La extensión de plazos implica que el tránsito puede seguir experimentando demoras en estaciones que todavía operen con modalidades mixtas, pero también ofrece a las autoridades y a las concesionarias un marco más flexible para ajustar inversiones y logística.
Fuentes: Infobae
