Perspectivas económicas 2026: actividad, inflación y remonetización
Proyecciones para 2026: menor inflación y una posible remonetización
Las perspectivas para 2026 anticipan una mejora de la actividad, una desaceleración de la inflación y un proceso de remonetización en pesos, con la condición clave de que el Gobierno logre acumular reservas mediante compras en mercado. Esas son las conclusiones centrales del análisis de FIEL, que toma como referencia los datos del EMAE y la situación financiera post elecciones.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó cifras del EMAE que muestran, en términos corregidos por estacionalidad, que en septiembre de 2025 la actividad fue 5% mayor al nivel de noviembre de 2023, último mes completo del gobierno anterior. Sin embargo, ese agregado es heterogéneo por sectores: la actividad industrial se ubica 4,4% por debajo de noviembre de 2023 y la construcción está 20% por debajo.
Sectores en alza y en baja
Si la comparación de septiembre de 2025 se realiza con septiembre de 2023, aparecen sectores con fuerte crecimiento (Agricultura y Ganadería, Pesca, Minería y Energía, Hoteles y Restaurantes e Intermediación Financiera) y otros con caídas significativas (Industria, Comercio, Construcción y Electricidad, Gas y Agua). El resultado es una economía con desempeño desigual, que refleja una profunda corrección fiscal y una restricción monetaria y crediticia, especialmente desde mediados de julio de 2025.
Condicionantes fiscales y financieros
Si se aprueba un Presupuesto 2026 alineado con el proyecto del Poder Ejecutivo —que busca mantener el mismo superávit primario que en 2025— no sería de esperar un estímulo fiscal relevante para la actividad en el año próximo. En cambio, la normalización rápida de variables financieras después de la elección del 26 de octubre podría contribuir a mejorar expectativas y desembocar en mayor actividad.
Proyecciones de crecimiento e inflación
FIEL proyecta para 2026 un crecimiento algo por encima del 3% —un poco más optimista que el promedio de analistas— y una inflación que, tras el rebote de los últimos meses, debería retomar un sendero descendente; la estimación de FIEL la sitúa en torno al 19% para 2026. Esas cifras suponen avances graduales y escalonados más que cambios bruscos.
Remonetización y acumulación de reservas
Un aspecto central del informe es la expectativa de remonetización: tras un proceso de dolarización previo a las elecciones, la demanda de pesos podría recuperarse en un escenario de menor inflación, lo que abriría espacio para emitir sin costos inmediatos y usar esa emisión para comprar reservas en el Banco Central o para reducir el peso de la deuda pública en moneda local. No obstante, para que ese ciclo funcione es imprescindible que el BCRA tenga margen y recursos propios suficientes.
Riesgos externos e internos
Entre los riesgos mencionados figuran un cambio en el apoyo internacional (por ejemplo, desde Estados Unidos), fluctuaciones en el precio internacional del petróleo —posible caída según algunos análisis— y eventos climáticos adversos como sequías. En el plano doméstico, operar con el peso cerca del techo de la banda cambiaria limita el espacio del BCRA para comprar reservas: una compra sostenida implica emitir pesos para frenar apreciaciones del dólar, pero cualquier evento que interrumpa la calma financiera puede revertir expectativas.
La banda cambiaria y opciones de política
El documento de FIEL sugiere analizar la banda de flotación y evaluar si conviene ajustar sus límites. Elevar el piso parece irrelevante y no generaría complicaciones; modificar el techo es más complejo porque altera expectativas sobre la depreciación y puede afectar tasas de interés en pesos e inflación. Una alternativa sería clarificar el nivel al cual el BCRA se compromete a comprar reservas, lo que podría generar confianza si se acompaña de recursos propios para respaldar las intervenciones.
Conclusión: aprovechar la calma para construir reservas
El diagnóstico de FIEL es moderadamente optimista: post elecciones hay un entorno financiero más calmado que podría aprovecharse para iniciar la acumulación de reservas mediante compras en mercado, siempre que la autoridad monetaria cuente con los apoyos y herramientas necesarias. Sin esos recursos, avanzar hacia una flotación más libre implicaría riesgos importantes, por lo que la recomendación tácita es actuar con prudencia y reforzar el poder de fuego del BCRA.
Autor: Director y Economista Jefe de FIEL. Fuente: Indicadores de Coyuntura 681 — FIEL (vía Infobae)
