Quién brinda primero en Navidad y por qué algunos países son los últimos

La Navidad avanza como una ola por los husos horarios: desde Kiritimati hasta Baker y Howland
La rotación de la Tierra y la división del planeta en husos horarios hacen que el 25 de diciembre llegue a distintos lugares en momentos diferentes: la primera celebración oficial de la fecha ocurre en la Isla de Navidad (Kiritimati), y las últimas tienen lugar en islas del Pacífico central como Baker y Howland.
El fenómeno es sencillo en su explicación pero genera curiosidad y memes: cuando en la Argentina todavía es tarde del 24, en algunos puntos del Pacífico la Navidad ya se está celebrando. Por el contrario, cuando en buena parte del hemisferio occidental la fecha ya pasó, ciertos territorios esperan varias horas más para cambiar el calendario. Todo depende de los husos horarios y de la existencia de la Línea Internacional de Cambio de Fecha.
Los primeros: Isla de Navidad (Kiritimati) y los husos adelantados
El primer lugar del planeta en recibir oficialmente el 25 de diciembre es la Isla de Navidad, conocida también como Kiritimati, que forma parte de Kiribati en el Pacífico central. Este territorio opera en el huso horario UTC+14, el más adelantado del planeta, por lo que sus habitantes entran en Navidad cuando en muchos otros lugares todavía es la mañana del 24. Minutos después del inicio en Kiritimati, la celebración se traslada a otras islas y países de Oceanía, como las Islas Chatham (Nueva Zelanda), Samoa y Tonga.
La combinación de husos horarios que van desde UTC+14 hacia atrás significa que países del Pacífico y ciertas regiones de Oceanía son los primeros en marcar la llegada del 25 de diciembre. Esa diferencia horaria es la que originó el chiste viral que dice “en Australia ya es Navidad”, usado para subrayar que en el otro lado del planeta la fecha ya llegó.
Los últimos: Baker, Howland y territorios en UTC-12
En el extremo opuesto del recorrido se encuentran territorios como las islas Baker y Howland, que operan en el huso UTC-12 y, por tanto, son los últimos en entrar en la nueva fecha. También aparecen en ese grupo Samoa Americana y Niue, entre otros territorios insulares del Pacífico. Para estas islas, el 25 comienza cuando en lugares como Kiritimati la Navidad ya concluyó varias horas antes.
La razón de estas diferencias es la Línea Internacional de Cambio de Fecha: una convención internacional que, por motivos prácticos, decide dónde se agrega o se resta un día al cruzarla. No es una línea fija con fronteras políticas estrictas en todos los tramos, sino una demarcación que sigue criterios geográficos y administrativos.
Ejemplos conocidos: Hawái y la diferencia con América del Sur
Destinos más conocidos, como el estado de Hawái y su capital Honolulu, celebran la Navidad muchas horas después que América del Sur por compartir husos horarios atrasados respecto a Oceanía. Esa diferencia explica por qué en algunos medios o en redes sociales se muestran imágenes de familias disfrutando de la fecha en momentos distintos del mismo día calendario: técnicamente, son distintas horas del mismo 25 de diciembre o incluso el 24 en otros lugares.
Cómo funcionan los husos horarios
La Tierra se divide en 24 husos horarios teóricos, uno por cada hora de rotación respecto al meridiano de Greenwich. Cada huso equivale aproximadamente a 15 grados de longitud, aunque en la práctica las fronteras horarias se ajustan por decisiones políticas y administrativas. Por eso algunos países adoptan husos extremos (como Kiribati con UTC+14) o aplican cambios internos que no siguen estrictamente la división por meridianos.
La existencia de husos horarios y de la Línea Internacional de Cambio de Fecha permite coordinar la hora civil en todo el mundo; sin embargo, genera curiosos efectos culturales y sociales durante fechas globales como Navidad o Año Nuevo, cuando la celebración se desplaza progresivamente de este a oeste (o viceversa, según cómo se mire).
Qué significa para los viajeros y para la comunicación global
Para quienes viajan o mantienen comunicación con familiares en distintos continentes, estos desfases horarias implican planificar llamadas, vuelos y eventos. En fiestas como la Navidad, puede ocurrir que en un mismo día calendario distintas personas celebren en horas separadas: unos ya cenaron y otros todavía esperan, todo dentro del marco de una misma fecha reconocida mundialmente.
En la era de las redes sociales, además, la sucesión de celebraciones crea un flujo continuo de imágenes y mensajes que recorre el globo: lo que para un lugar es la madrugada del 25 puede ser la tarde del 24 en otro, y las diferencias horarias a menudo alimentan anécdotas y comparaciones entre regiones.
Fuente: La Voz
