Viernes, 19 Diciembre 2025
Análisis sobre reservas y políticas públicas

Reservas internacionales: funciones, vulnerabilidades y vías para reconstruirlas

El nivel de reservas depende de factores fiscales, estructura productiva y régimen cambiario; Argentina enfrenta hoy un stock insuficiente que exige combinar medidas transitorias con un esfuerzo sostenido de ahorro público para recomponer un colchón resiliente.
Billetes y reservas: simbolismo del Banco Central y divisas
Billetes y reservas: simbolismo del Banco Central y divisas

Por qué importan las reservas internacionales y qué dicen sobre la solvencia

Las reservas internacionales, el Banco Central y la política monetaria condicionan la capacidad del país para enfrentar shocks externos sin agravar la inflación. La Argentina hoy presenta un stock de reservas que, según múltiples métricas, resulta insuficiente para cubrir deuda de corto plazo, respaldar la base monetaria y sostener una transición ordenada hacia un régimen cambiario más normalizado.

Dos funciones, criterios distintos

Conceptualmente, las reservas cumplen dos funciones: sirven como autoseguro macroeconómico frente a shocks fiscales, financieros o reales; y funcionan como herramienta operativa de la autoridad monetaria para intervenir en el mercado de cambios, respaldar encajes en moneda extranjera y actuar como prestamista de última instancia. Cada función determina criterios distintos para fijar un umbral mínimo de reservas.

Determinantes estructurales

Entre los factores que aumentan la demanda precautoria de reservas figuran la posición fiscal (déficits persistentes elevan la necesidad de colchón), el acceso a mercados internacionales de crédito, la estructura productiva (dependencia de exportaciones primarias) y el grado de apertura comercial. Además, la existencia o no de líneas de crédito contingente de organismos multilaterales delinea cuánto pueden sustituir las reservas esas fuentes de liquidez.

Requerimientos operativos

El régimen cambiario y la apertura de la cuenta capital son determinantes claves. En flotaciones limpias la necesidad de reservas es menor; en flotaciones administradas o con políticas de suavizado del tipo de cambio se requieren mayores balances internacionales. En economías bimonetarias, donde hay depósitos relevantes en dólares, las reservas deben respaldar encajes en moneda extranjera y la función de prestamista de última instancia, elevando los requerimientos operativos.

La situación argentina

La evaluación de la Argentina según estos criterios muestra fragilidades en ambas dimensiones: las reservas netas y las brutas líquidas se ubican por debajo de los umbrales que permitirían cubrir deuda de corto plazo o garantizar un margen operativo amplio. Además, la posición acreedora neta del sector privado limita la generación automática de divisas; la reconstrucción depende, en gran medida, de decisiones del sector público.

Tres vías para recomponer reservas sin disparar la inflación

Existen tres mecanismos conceptuales y prácticos para acumular reservas sin provocar expansión monetaria directa.

  • Ahorro del sector público. Es la vía más sólida: reducir la absorción de ahorro privado o generar superávit fiscal permite que el Banco Central compre divisas sin expandir la base monetaria y mejora simultáneamente la solvencia del Estado y la liquidez del ente emisor.
  • Endeudamiento. Permite acumulación rápida de reservas, pero su calidad depende de la moneda, la madurez y la estabilidad de los flujos que lo financian. Reservas financiadas con deuda de corto plazo o en moneda extranjera son más vulnerables ante reversos de capital.
  • Conversión de activos públicos ilíquidos. La venta o swap de activos estatales (participaciones, concesiones, inmuebles) por divisas líquidas aporta reservas sin efectos inflacionarios, aunque reduce el patrimonio estatal y debe usarse con criterios de transparencia y sostenibilidad.

Lecciones internacionales y riesgos

La experiencia comparada muestra que la calidad del pasivo que respalda reservas es tan importante como el monto. Perú y Uruguay son ejemplos de acumulación relativamente sólida apoyada en pasivos de mayor madurez o flujos estables; en cambio, dependencias excesivas del “hot money” o del endeudamiento corto aumentan la fragilidad.

Conclusión: prioridad en el ahorro público

La reconstrucción de un stock de reservas adecuado para la Argentina exige distinguir entre soluciones transitorias y consistentes. Si bien endeudamiento y conversiones de activos pueden proveer liquidez inmediata, sólo un proceso sostenido de ahorro público permite acumular reservas de forma durable, reducir vulnerabilidades y fortalecer la capacidad operativa del Banco Central sin provocar presiones inflacionarias adicionales. La trayectoria fiscal y la gestión de pasivos serán determinantes para que ese proceso sea sostenible en el tiempo.


Autores del análisis original: Ricardo López Murphy y Dell’Aquila Smith (citas en el texto referencial).

Fuentes: Infobae — Análisis