Se tensa la disputa entre Verónica Magario y el kirchnerismo por la vicepresidencia del Senado bonaerense

Crucial disputa por la vicepresidencia del Senado bonaerense reaviva la interna del PJ
Verónica Magario, kirchnerismo y Senado bonaerense aparecen en el centro de una disputa que escaló en las últimas horas: la designación del vicepresidente de la Cámara abrió un choque entre el sector del gobernador Axel Kicillof y La Cámpora, con acusaciones cruzadas sobre procedimientos y posibles planteos judiciales.
Qué se discute
La disputa tiene como eje la elección del vicepresidente del Senado bonaerense, un cargo con peso institucional —incluye funciones administrativas y figura en la línea de sucesión provincial— y valor político para quienes buscan posicionamiento en el peronismo provincial. Según la crónica publicada, el gobernador impulsa la postulación de la senadora Ayelén Durán, mientras el kirchnerismo interno presenta al exintendente de José C. Paz Mario Ishii.
La tensión se remonta a la sesión preparatoria en la que juraron nuevos senadores. Allí, la falta de acuerdo para definir el vice provocó un primer momento de choque y derivó en una guerra legislativa con comunicaciones formales entre bloques. El kirchnerismo reclamó por carta a Magario que convocara a sesión para terminar la discusión; la vicegobernadora, en cambio, decidió postergar el debate hasta febrero.
Reclamos formales y argumentos reglamentarios
Los senadores del espacio kirchnerista enviaron una carta en la que apelan a la "legalidad" del funcionamiento institucional y piden una reunión "urgente" para definir la designación. El argumento central del kirchnerismo sostiene que, en la sesión preparatoria, se produjeron irregularidades: según esos senadores, la aprobación de licencias —entre ellas las de Gabriel Katopodis y Diego Valenzuela— se habría hecho fuera del marco previsto por el artículo 107 del reglamento interno de la Cámara. Ese artículo, sostienen, limita lo que puede resolverse en sesiones preparatorias a asuntos puntuales como la elección de vicepresidentes, la incorporación de senadores electos y la fijación de días y horas de sesiones.
En la misma línea, el ex ministro Sergio Berni alzó la voz al oponerse a maniobras que, según su lectura, podrían configurar una nulidad o incluso hechos susceptibles de investigación judicial. En un primer intercambio, Berni envió una carta a Magario advirtiendo sobre la posibilidad de denunciar el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público si persistían acciones contrarias al reglamento.
Actores y stakes
La pelea refleja la fractura que atraviesa internamente al peronismo bonaerense: por un lado el kicillofismo, cercano a la gobernación y a sectores del PJ que buscan consolidar el control legislativo; por otro, el kirchnerismo y agrupaciones como La Cámpora, que presionan para mantener presencia en cargos estratégicos. La lista de senadores que firmó el pedido de reunión incluye nombres del kirchnerismo de peso —entre ellos Sergio Berni, Evelyn Díaz, Mónica Macha, María Rosa Martínez y otros— lo que muestra que la exigencia proviene de cuadros con influencia a nivel nacional y provincial.
El cargo en disputa no es simbólico: además de las tareas operativas en la Cámara, la vicepresidencia integra la línea sucesoria del ejecutivo provincial tras el gobernador y la vicegobernadora, por eso su ocupación tiene impacto institucional y político.
Posibles escenarios
Con la decisión de Magario de postergar la votación hasta febrero, las partes entran en una tregua forzada que pueden usar para negociar o para endurecer la pulseada. Si la negociación fracasa, el conflicto podría trasladarse a la Justicia si se mantienen las apelaciones al reglamento y las acusaciones de maniobras Irregulares en las sesiones preparatorias.
Para el kirchnerismo, reclamar la convocatoria inmediata es una forma de forzar la definición antes de que se consoliden otras decisiones. Para el kicillofismo y Magario, retrasar la discusión puede ser una estrategia para evitar definiciones precipitadas en un bloque donde su sector está en minoría.
Qué sigue
En las próximas semanas habrá dos trayectos posibles: una negociación interna que permita un acuerdo antes de febrero o el recrudecimiento del conflicto con medidas formales —cartas, pedidos de sesión y apelaciones al reglamento— y, eventualmente, planteos judiciales si alguna de las partes considera que se violaron normas de procedimiento.
El desarrollo de esta disputa será un termómetro de cómo se reorganiza el poder dentro del peronismo bonaerense de cara a 2026 y de qué tanto espacio tendrá La Cámpora frente al espacio que responde al gobernador.
Fuente: El Día (La Plata)
