Miércoles, 31 Diciembre 2025
El juguete blando que conquistó redes y vitrinas

Squishies: qué son, para qué sirven y por qué son tendencia

Los squishies, y especialmente los Squishmallows, ganaron popularidad por su tacto, su estrategia de coleccionismo y su presencia en redes; además se usan como herramientas sensoriales para niños con dificultades de atención y regulación emocional.
Squishmallows apilados en una tienda
Squishmallows apilados en una tienda

El juguete blando que se transformó en fenómeno global

Los squishies, y en particular los Squishmallows, se consolidaron en los últimos años como un fenómeno de ventas y coleccionismo que combina estética, tacto y presencia en redes sociales. La marca Squishmallows, lanzada en 2017 por Kelly Toys, llegó a vender 400 millones de unidades hasta agosto de 2024 y generó una comunidad masiva en plataformas como TikTok, donde la etiqueta #Squishmallows acumula miles de millones de visualizaciones.


Qué son y cómo están hechos

Un squishy es un juguete blando diseñado para recuperar su forma lentamente después de ser comprimido. Los modelos de Squishmallows usan una tela tipo spandex muy suave y un relleno de fibra de poliéster ultra blanda; originalmente, los squishies se fabricaban con espumas de poliuretano de formulación especial. Esa combinación de materiales define la experiencia táctil que los diferencia de los peluches tradicionales.


Usos: más que un juguete

Más allá del juego, padres y especialistas los usan como herramientas sensoriales. En niños con TDAH o con trastornos del espectro autista (TEA), su compresión puede ayudar a canalizar energía, mejorar la concentración y reducir tensión muscular. Expertos en salud mental y terapeutas ocupacionales los recomiendan como parte de estrategias de autorregulación cuando su uso está supervisado y complementado con otras técnicas.


Factores del éxito: exclusividad, precio y redes

La estrategia comercial que impulsó el auge incluye personajes con nombres y biografías propias, tiradas limitadas y modelos de difícil reposición. En Argentina, los precios minoristas suelen oscilar entre 2000 y 5000 pesos, pero la escasez de ciertos modelos alimentó un mercado de reventa con precios mucho más altos en plataformas de subasta. Casos extremos en subastas internacionales alcanzaron cifras muy elevadas para ejemplares raros.


Impacto en la industria del juguete

Desde la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) señalan que los squishies son un éxito entre niños a partir de los tres años y que, a diferencia de otros productos, mantienen demanda en edades mayores a siete años. Para la industria local representan una oportunidad comercial que convive con cuestionamientos sobre la durabilidad del consumo ligado a modas virales.


Fuentes: La Voz