Tambos en alerta: la rentabilidad promedio se volvió neutra o negativa

Situación actual de la cadena láctea y la rentabilidad de los tambos
Los tambos atraviesan una situación crítica: la rentabilidad promedio de la producción de leche se volvió neutra o negativa en los últimos meses, según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina. El contraste entre un crecimiento productivo y márgenes financieros deteriorados es la clave del diagnóstico.
Producción vs resultados económicos
En términos productivos el año cerró con una recuperación: la producción creció alrededor de 10% respecto a 2024 y se ubicó en valores similares a 2022. También mejoraron los sólidos de la leche, lo que beneficia el rendimiento industrial. Sin embargo, los precios domésticos y externos no acompañaron la suba de costos, y la relación insumo-producto empeoró.
Factores que presionan la rentabilidad
- Precio de la leche por debajo del índice de inflación.
- Aumento de insumos (forrajes, maíz, fertilizantes) que redujo la capacidad de compra: a mitad de año se compraban casi 2,5 kg de maíz con un litro de leche y ahora esa relación cayó a 1.7.
- Caída de precios internacionales de productos lácteos: la tonelada de leche en polvo, que en mayo se negociaba en torno a 4300 dólares, actualmente cotiza entre 3100 y 3200 dólares.
- Proceso de concentración y cierre de tambos: hay alrededor de 1.900 tambos en actividad y un cierre anual de aproximadamente 200 establecimientos.
Impacto por tamaño de tambo
Los datos regionales elaborados con INTA muestran disparidades por escala. Los tambos chicos registran rentabilidad negativa desde el mes pasado; los medianos pasaron de resultados positivos a negativos en noviembre; y los grandes, que empezaron el año con márgenes, cierran con rentabilidad cercana a cero.
Fuente: Observatorio de la Cadena Láctea Argentina / estimaciones, periodo: 2025
Comentarios del Observatorio
Jorge Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, explicó que la mayor parte de la leche (alrededor del 74%) fue destinada al mercado interno, mientras que el resto se exportó. A pesar del crecimiento de la producción, la combinación de precios domésticos que no siguen la inflación y la caída de cotizaciones internacionales redujo los márgenes.
Giraudo destacó además que el cierre de tambos responde a factores económicos estructurales (dificultades financieras), problemas climáticos y falta de sucesión generacional.
Qué puede cambiar el panorama
Entre las medidas que suelen aparecer en el debate público figuran ajustes en políticas de fomento, estímulos a la industrialización con valor agregado, y mecanismos de estabilización de precios. También es relevante la mejora en logística y certificaciones que permitan acceder a mercados internacionales con mejores precios.
Para los productores pequeños, el acceso a herramientas de financiamiento y programas de asistencia técnica son medidas de corto plazo que pueden atenuar el impacto.
Fuentes: Perfil
