Tita Merello: del conventillo a estrella, su vida y su relación con Luis Sandrini

Una vida marcada por el hambre, el trabajo y la escena
La trayectoria de Tita Merello atravesó el cine, el tango y el teatro; su salto a la fama se gestó en la necesidad y en un carácter que la convirtió en símbolo de una forma de cantar y actuar profundamente porteña. Su vínculo tortuoso con Luis Sandrini marcó buena parte de su vida personal, aunque su carrera continuó siendo el eje central de su identidad pública.
Nacida el 11 de octubre de 1904 en un conventillo de San Telmo, Laura Ana Merello (Tita Merello) conoció desde niña la escasez: la muerte temprana de su padre y las dificultades económicas llevaron a que pasara por un orfanato y a trabajos a muy corta edad, incluso fuera del país. El hambre y la necesidad la empujaron a aceptar puestos que le permitieran comer y alojarse; ese contexto fue el que la acercó al mundo del espectáculo.
Los primeros pasos en el teatro y la consagración
Su carrera empezó en compañías corales y en el teatro porteño: tras altibajos iniciales, su carisma y su voz le abrieron paso. En 1931, con el apoyo de Libertad Lamarque que la hizo reemplazar a Olinda Bozán en El rancho del hermano, su figura comenzó a consolidarse. De allí en más, su presencia escénica y su estilo la llevaron a ser reconocida como “la morocha”, un estereotipo que supo transformar en marca personal.
Durante las décadas siguientes se destacó en películas, tangos y obras teatrales. Su temperamento, su manera de encarar papeles y su vínculo con el público la sostuvieron como una de las artistas más relevantes del espectáculo argentino del siglo XX.
Relación con Luis Sandrini
La relación con Luis Sandrini, iniciada en el entorno del rodaje de la película Tango (1933) y formalizada años después, fue intensa y problemática. Sandrini estaba casado en ese momento; la pareja convivió a partir de 1942 en una situación que socialmente se interpretó como un matrimonio de hecho. La convivencia estuvo marcada por los celos de Sandrini y por las infidelidades que sufrieron detractores y allegados.
En 1946 Merello acompañó a Sandrini a México, dejando en pausa su carrera. A su regreso su decisión de protagonizar Filomena Marturano en el Politeama y no aceptar otras propuestas provocó la ruptura. Sandrini luego se casó con Malvina Pastorino y tuvo dos hijas, mientras que Tita no formó una familia estable ni tuvo hijos. Pese a ello, diversas fuentes coinciden en que su amor por Sandrini perduró emocionalmente hasta el final de su vida.
Últimos años y legado
En los años finales, Merello vivió en la Fundación Favaloro, donde se encontraba internada desde hacía varios años por su delicado estado de salud. Murió el 24 de diciembre de 2002 a los 98 años. La artista enfrentó un cáncer de mama con metástasis cerebral y, según relatos periodísticos, adoptó una postura de rechazo a algunos tratamientos médicos en sus últimos meses.
Su obra como actriz y cantante dejó una huella en el tango y en el cine nacional. Más allá de sus vínculos personales, su figura se conserva como la de una mujer de carácter duro pero también vulnerable, que supo convertir la adversidad en material artístico.
Fuentes: Infobae
