Un fin de semana con un muerto y siete rescatados en el Río de la Plata
Río de la Plata: Isla Paulino y El Galeón, dos episodios que advierten sobre riesgos
El Río de la Plata volvió a mostrar su peligrosidad durante el fin de semana: en Isla Paulino fue hallado sin vida un joven de 23 años y, en otro operativo, siete pescadores quedaron varados por la crecida y fueron rescatados entre Punta Lara y Berazategui.
El caso más grave se registró en la Isla Paulino, en jurisdicción de Berisso, donde familiares extrajeron del agua a Matías Braian de la Cruz, de 23 años, y constataron que no presentaba signos vitales. Intervinieron Defensa Civil, Prefectura y la policía local; un médico del SAME confirmó el fallecimiento y, por disposición judicial, Policía Científica realizó las diligencias y se ordenó la autopsia para establecer la causa del deceso.
Rescate de pescadores varados
En paralelo, un grupo de siete hombres que había ingresado al río para pescar quedó varado en el sector conocido como El Galeón, entre Punta Lara y Berazategui, luego de que el nivel del agua se elevara rápidamente. Según las comunicaciones oficiales, el grupo aprovechó la bajante para acceder a una extensa franja de playa y la crecida los sorprendió cuando intentaron regresar.
El operativo se activó tras la denuncia de un familiar y contó con la participación de Prefectura, personal policial, Bomberos Voluntarios de Ensenada, guardavidas y áreas municipales. Finalmente, los pescadores fueron localizados el domingo por la mañana y rescatados en buen estado de salud, sin requerir atención médica.
Advertencia: el río cambia en minutos
Los episodios ocurridos en pocas horas subrayan que el Río de la Plata puede cambiar sus condiciones en muy poco tiempo: variaciones en el nivel del agua, corrientes y tormentas pueden transformar sectores de playa en zonas de riesgo. Las autoridades reiteraron la importancia de consultar el estado del río antes de ingresar, evitar sectores no habilitados y no subestimar la fuerza de las corrientes, incluso en días que inicialmente parecen tranquilos.
En particular, las bajantes grandes suelen dejar bancos de arena y extensas playas que invitan a caminar o pescar, pero también generan canales de corrientes más fuertes y tramos de retorno que resultan peligrosos cuando el agua sube con rapidez. Por eso, los operativos de rescate insisten en la prevención: salir con embarcaciones y equipamiento adecuados, mantener comunicación y no adentrarse en zonas aisladas sin aviso a guardavidas o Prefectura.
Repercusiones locales
En la región costera, estos sucesos renuevan el llamado a la prudencia entre vecinos y visitantes. Las fuerzas de seguridad locales y los equipos de emergencias disponen de protocolos para respuesta, pero su eficacia depende en gran medida de la prevención ciudadana y de la comunicación temprana ante cualquier señal de peligro.
Fuente: El Día