Vaca Muerta sostiene el superávit comercial de Milei, pero asoman algunos nubarrones
Producción récord y dependencia del contexto internacional
Vaca Muerta fue el motor principal del superávit comercial argentino en los primeros once meses del año: según datos citados por consultoras y fuentes del sector, la producción de hidrocarburos no convencionales aportó alrededor del 74% del saldo positivo de la balanza comercial. Ese aporte ayudó a consolidar el resultado económico del Gobierno de Javier Milei, aunque el sector advierte sobre riesgos externos, entre ellos la baja pronosticada en los precios internacionales del crudo.
Qué representó Vaca Muerta en las exportaciones
La extracción de petróleo y gas shale en la cuenca neuquina registró en 2025 marcas históricas: en octubre la producción llegó a 865.000 barriles diarios, un volumen que no se veía desde fines de la década de 1990. Según los reportes del sector, entre enero y noviembre las exportaciones energéticas sumaron cerca de US$10.000 millones y la balanza comercial energética mostró un superávit en torno a US$6.900 millones, unos US$2.000 millones por encima del mismo período del año anterior.
Ese desempeño implica dos efectos: por un lado, una entrada importante de divisas por exportaciones energéticas; por otro, una mayor concentración del saldo comercial en un único sector, lo que vuelve al conjunto de la economía más dependiente de la evolución internacional de precios y la demanda.
Riesgos que observan empresas y analistas
Empresarios y consultores del sector advierten que, pese a la producción récord, la sustentabilidad del boom depende de factores externos: la cotización del crudo Brent y la demanda global. En las últimas semanas el Brent mostró tendencia a la baja, lo que genera preocupación sobre la rentabilidad de proyectos que requieren grandes inversiones. Consultores citados en la cobertura destacan que, aun con precios moderados, Vaca Muerta sigue siendo competitivo, aunque la comparación con basins como Permian (EE.UU.) muestra costos relativos más altos en Argentina.
Además del precio del petróleo, dirigentes del sector señalan desafíos logísticos e infraestructurales: caminos, redes eléctricas, capacidad de transporte y disponibilidad de personal especializado. La cadena de valor que abastece a los pozos shale deberá crecer para sostener el ritmo de perforación proyectado hacia 2030-2032.
Planes de inversión y principales actores
YPF, la principal compañía del país, anunció una expansión de inversiones cercano al 20% para el año próximo, con un plan de US$6.000 millones que incluye ventas de activos no estratégicos para financiar proyectos clave, entre ellos el desarrollo del oleoducto Vaca Muerta Sur y la apuesta por proyectos de exportación de gas natural licuado (GNL) en Río Negro.
Otras petroleras con presencia significativa en la cuenca son Pan American Energy (PAE), Vista Energy, Pampa Energía, Pluspetrol y Tecpetrol, cada una con planes de inversión y proyectos específicos que apuntan a aumentar la capacidad de producción y salida al exterior. Se destacan también el ingreso de compañías independientes como Continental Resources, y alianzas para proyectos de GNL con socios internacionales como ENI y Adnoc.
Proyecto de GNL: escala y financiamiento
Uno de los proyectos emblemáticos es la iniciativa para exportar gas licuado desde la costa de Río Negro mediante buques FLNG. YPF y sus socios buscan alcanzar inicialmente una capacidad de 12 millones de toneladas por año, con planes de llegar a 18 millones. La empresa proyecta que ese desarrollo podría generar decenas de miles de millones de dólares en exportaciones a largo plazo, aunque requiere un esquema de financiamiento de gran escala que ya involucra a bancos internacionales y procesos de project finance.
La magnitud de la inversión necesaria y la dependencia de mercados externos para colocar el producto hacen que el proyecto sea altamente sensible a variaciones en la demanda global y a la percepción de riesgo país por parte de los financiadores.
Perspectivas y escenarios
En un escenario optimista, la combinación de mayor producción, mejoras de productividad y acuerdos comerciales permitiría consolidar y diversificar las exportaciones energéticas. En un escenario adverso, una caída prolongada de los precios globales podría desacelerar inversiones, especialmente las más costosas y los proyectos en fase inicial.
Consultores y directivos señalan la necesidad de sostener señales de previsibilidad y reducir cuellos logísticos para mantener el apetito inversor. También advierten que la bonanza de Vaca Muerta no resuelve problemas estructurales de la economía argentina: la concentración del superávit en un sector deja expuestos otros segmentos productivos a los vaivenes externos.
Fuentes: Infobae
