Venezuela libera a 71 presos políticos, pero el gendarme argentino Nahuel Gallo sigue detenido e incomunicado

Excarcelaciones parciales en Venezuela y la situación particular de un ciudadano argentino
El gobierno de Nicolás Maduro anunció excarcelaciones que alcanzaron a al menos 71 presos políticos detenidos tras las protestas por las elecciones de 2024. Sin embargo, el gendarme argentino Nahuel Gallo permanece detenido en El Rodeo I, según denuncias de su familia, incomunicado y bajo condiciones que su pareja califica como tortura psicológica.
Qué se informó sobre las liberaciones
Las excarcelaciones se produjeron en la madrugada del jueves 25 de diciembre y fueron confirmadas por organizaciones de familiares de detenidos. Según esos grupos, hubo excarcelaciones en centros como la cárcel de Tocorón (estado Aragua), Las Crisálidas —donde estaban mujeres privadas de libertad— y en La Guaira, donde estaban adolescentes detenidos.
Organizaciones como el Comité por la Libertad de los Presos Políticos y el Foro Penal han dado cuenta de los movimientos, aunque sin una lista oficial completa difundida por el Ejecutivo. Uno de los nombres mencionados por el Foro Penal es el de la doctora Marggie Xiomara Orozco Tapias, condenada por un mensaje crítico antes de las elecciones.
El caso de Nahuel Gallo
Nahuel Gallo fue detenido el 8 de diciembre de 2024 en Venezuela, tras ingresar al país legalmente para visitar a su esposa y a su hijo de dos años. Desde entonces, según la denuncia de su pareja, permanece en el penal El Rodeo I, cercano a Caracas, sin contacto con su familia y con denuncias de tratos que incluyen amenazas y aislamiento.
La familia afirma que no existe una defensa efectiva y que el detenido no fue presentado ante tribunal en condiciones normales. El Ministerio Público venezolano, según informes oficiales, lo imputó por delitos que incluyen terrorismo, espionaje e instigación al odio; la pareja de Gallo sostiene que no hay pruebas reales ni expediente claro que sostenga esas imputaciones.
Denuncias de la familia y respuesta argentina
La pareja de Gallo denunció que el gendarme está incomunicado y sometido a “tortura psicológica”, y afirmó que la familia no tuvo contacto físico ni telefónico desde la captura, una situación que describió como una desaparición forzada. Ante estas alegaciones, la ministra de Seguridad argentina, Alejandra Monteoliva, calificó la situación como “inadmisible” tras reunirse con la familia del detenido.
El reclamo de la familia se enmarca en un contexto regional de presión sobre el régimen de Maduro, que en los meses recientes mostró gestos de excarcelación parciales mientras persisten denuncias de violaciones a los derechos humanos por parte de distintos organismos y ONG.
Contexto internacional y posible interpretación política
Las excarcelaciones fueron presentadas por el Ejecutivo venezolano como un gesto de distensión en un marco de alta conflictividad política y diplomática, en el que Estados Unidos ha endurecido su postura frente al gobierno de Maduro. No obstante, la continuidad de detenciones selectivas como la de Nahuel Gallo alimenta críticas sobre la selectividad de esas medidas y sobre la vigencia plena de garantías procesales.
El hecho de que Gallo, ciudadano argentino y efectivo de la Gendarmería, siga detenido e incomunicado interpela tanto a la política exterior argentina como a los canales diplomáticos y consulares. El caso suma complejidad cuando se entrecruza con acusaciones graves —terrorismo y espionaje— que, de confirmarse, requerirían procedimientos judiciales normales con acceso a defensa y debido proceso.
Qué reclaman familiares y organizaciones
Organizaciones de derechos humanos y familiares exigen la libertad de los detenidos políticos restantes y piden garantías para quienes continúan privados de libertad. El reclamo incluye pedidos de amnistía general por parte de algunos grupos, así como demandas de transparencia sobre listados y condiciones carcelarias.
En el caso puntual de Gallo, la familia reclama acceso a información sobre su situación procesal, posibilidad de contacto y asistencia consular. La omisión de procedimientos claros y la incomunicación generan preocupación sobre la integridad física y psicológica del detenido.
Implicancias para la agenda bilateral
El episodio complica la agenda bilateral entre Argentina y Venezuela. Más allá de la postura política de cada gobierno, la situación de un ciudadano detenido exige canales diplomáticos activos: pedidos de información, asistencia consular y gestiones para asegurar que se respeten los derechos fundamentales del detenido. La respuesta oficial argentina, según el comunicado de la ministra Monteoliva, fue de rechazo a las condiciones denunciadas y compromiso de seguimiento.
Si bien las excarcelaciones alivian parcialmente la presión internacional, la continuidad de detenciones selectivas mantiene abierta la agenda de derechos humanos y las demandas de transparencia por parte de organismos y familiares.
Conclusión
La liberación de 71 presos políticos representa un movimiento significativo, pero la situación de Nahuel Gallo muestra que las excarcelaciones fueron parciales y selectivas. La falta de contacto con su familia, las denuncias de incomunicación y los señalamientos de trato vejatorio requieren respuestas claras y verificables por parte de las autoridades venezolanas y un seguimiento diplomático sostenido por parte de Argentina.
Fuente: Perfil
